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La supuesta prescindencia del Gobierno en la interna del PJ es cada vez más dudosa. Ayer, el presidente Eduardo Duhalde aclaró, por si hacía falta, que “desde ya” que Carlos Menem no será su candidato para la elección de noviembre. Y, pese a que aseguró que no participará de ninguna actividad proselitista, el Presidente se reunió con algunos dirigentes bonaerenses para que le armen con rapidez al cordobés José Manuel de la Sota una agenda de movilizaciones en la provincia, que comenzará el sábado con un acto en Avellaneda o en Quilmes.
El nivel de apoyo del Gobierno a De la Sota había quedado en duda luego de que el gobernador Felipe Solá anunciara el desdoblamiento de las elecciones en la provincia. Si las elecciones no se hacen el mismo día, las internas tampoco, con lo que se suponía que el poderoso aparato del PJ bonaerense que responde a Duhalde no se pondrá en movimiento para llevar votantes para De la Sota, un candidato que todavía no genera mucho entusiasmo entre los militantes.
Luego Menem responsabilizó al duhaldismo por la aparición de una nota del “The New York Times” en el que se lo acusa de haber cobrado un megasoborno para encubrir el atentado a la AMIA, y los viejos rencores resurgieron. En una entrevista radial y en reuniones que viene manteniendo desde el fin de semana con dirigentes que manejan buena parte de la estructura partidaria bonaerense, Duhalde se mostró de nuevo activo contra su enemigo histórico.
El Presidente ayer dio su justificación de por qué Menem admitió que tenía una cuenta en Suiza, con un argumento para nada favorable al riojano. “Ya estarían en la Argentina los datos que comprobaban eso, entonces antes de que salga la medida judicial, mejor es confesarlo”, ensayó. El Presidente también dijo estar convencido de que por más revelaciones que haya sobre depósitos o cuentas secretas, Menem no bajará su candidatura. “Por ningún motivo va a abandonar la carrera electoral. Es consustancial con su personalidad, tiene un relación obsesiva con el poder”, explicó. Cada vez que puede, a Duhalde le gusta presentar a Menem como una persona enfermiza y obsesionada con mantenerse en el poder.
En forma paralela, el Presidente dispuso que le preparen a De la Sota una serie de actividades en la provincia. Su idea, incluso, era que el cordobés comenzara el recorrido en su pago chico, Lomas de Zamora, lo que hubiera sido todo un gesto de su parte. Pero el entusiasmo del ex intendente Baldomero “Cacho” Alvarez pudo más y todo parece indicar que el puntapié inicial será en Avellaneda.
El acto se haría el sábado a la tarde y las sedes que se barajaban eran los microestadios de Racing o de Independiente. En esos lugares no caben más de 3 mil personas y la intención era privilegiar un buen despliegue mediático más que una importante movilización de militancia. “Lo único que se va a mover para el sábado es el aparato de Avellaneda”, explicaba un dirigente. Con todo, todavía quedaban por cerrar los últimos detalles entre el equipo de campaña delasotista y los hombres de la provincia. Entre los temores del cordobés, está el de aparecer ante el electorado como el candidato oficial de un Gobierno que no goza de la popularidad general, precisamente. Por eso, si por ahora las movilizaciones son acotadas y con poco aparato visible, mejor.
Para más adelante quedaron las próximas actividades entre las que habrá también reuniones con vecinos, charlas en universidades y caminatas por algunas localidades. “De la Sota conoce bastante la provincia porque cuando fue como candidato a vice de Cafiero la caminaron mucho”, recordaba ayer un importante hombre del duhaldismo. Igual, comentaban que De la Sota estaba impaciente por comenzar cuanto antes a recorrer de nuevo el territorio bonaerense. El gobernador cordobés le expresó su apuro a Duhalde, quien por otro lado había atendido a algunos intendentes del conurbano muy interesados en organizarle la campaña a quien pretende aguarle la carrera presidencial a Menem. “Los muchachos quieren empezar ahacer un poco de ruido porque si no, De la Sota no mueve el amperímetro”, explicaba el dirigente.