“No hay por qué esperar grandes resultados de una reunión técnica”, expresó también el facilitador de la corona española Juan Antonio Yáñez Barnuevo. Los dichos del mediador reprodujeron el espíritu vigente en la Cancillería, donde saben que no habrá grandes anuncios tras la reunión que las delegaciones de Argentina y Uruguay mantienen en Nueva York por el conflicto de las papeleras. Tras comenzar ayer, la tercera ronda de encuentros entre ambos países, impulsada por el rey Juan Carlos de Borbón, tendrá un nuevo capítulo hoy, último día de reuniones programadas en suelo estadounidense, en las que el tema central, para la Argentina, es la “localización” de la planta de celulosa que la compañía finlandesa Botnia construye sobre la margen oriental del río Uruguay. Mientras, se acerca la fecha en que se iniciaría la producción de la pastera sin que haya avances en una solución para la disputa diplomática.

Yáñez Barnuevo fue el primero en bajar las expectativas sobre el nuevo encuentro neoyorquino. “No hay por qué esperar grandes resultados... pero sí destacar el buen ánimo con que se está trabajando”, expresó el embajador de España ante la ONU, después de recibir por la mañana, y por separado, a ambas delegaciones en su despacho.

“En la reunión anterior, se trató particularmente la localización de la empresa. Esperamos ahora seguir avanzando”, insistió el facilitador español, para reafirmar los pasos establecidos en “la agenda original de Madrid”, donde se sentaron las bases de las conversaciones bilaterales.

La jefa de la delegación argentina, Susana Ruiz Cerruti, ratificó los compromisos asumidos por ambos países ante la corona de España. “Tenemos mandato de nuestros gobiernos y vamos a cumplirlo. Seguimos trabajando”, señaló la directora general de la Consejería Legal de la Cancillería. Pero Cerruti no dio señales de que se haya avanzado en la resolución del pleito en las reuniones que coordina el embajador español.

Como buen diplomático, el representante de la Cancillería oriental y jefe de la comitiva de sus país, José Luis Cancela, alineó sus declaraciones con las del resto de los participantes en las negociaciones. “No hay que esperar grandes resultados”, dijo para asociarse a la idea expresada por Yáñez Barnuevo y luego manifestó que “la única alternativa es seguir trabajando”.

Las cabezas de las delegaciones se reunieron primero con el facilitador, antes de comenzar la reunión ampliada con la participación de técnicos y diplomáticos. Puertas adentro del llamado “diálogo directo”, los planteos fueron los mismos que los gobiernos argentino y uruguayo ya expresaron a lo largo de todo el conflicto, que también se dirime ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

“Los gestos argentinos a favor del diálogo, de una apertura total para encontrar una solución, serán los de siempre”, confió una fuente ligada a la representación argentina. “Estamos dispuestos a avanzar decididamente en dar con una salida del conflicto”, continuó la fuente, pero remarcó que resultará indispensable que Uruguay “brinde las explicaciones que le den sustento a este emprendimiento en un río compartido, que está amparado por un tratado bilateral que fue desconocido”. El eje de la argumentación argentina ante La Haya es que Uruguay violó “en cinco ocasiones” el Tratado del Río Uruguay, vigente desde 1975, para aprobar la inversión finlandesa.

La delegación uruguaya rechaza la acusación sobre “los hechos consumados”, con las mismas razones su descargo ante La Haya: “El gobierno argentino no sólo sabía de la obra, sino que además la convalidó”. Además, los orientales afirman que “el término relocalización no existe” y consideran que “cuanto antes comience a funcionar Botnia, más rápido quedará en evidencia que la planta no contamina y concluirá el conflicto”.

Hoy concluirán las reuniones programadas en Nueva York, en un plenario que insumirá casi toda la jornada. Aunque tampoco se descarta que diplomáticos y técnicos le dediquen un día más a la búsqueda de soluciones. Por ahora parecen lejos de alcanzarse.