Fue la crónica de una decisión anunciada. Anoche se supo que el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba rechazó el pedido de conteo voto a voto que había solicitado Luis Juez. El fallo confirmó así lo que en su momento había resuelto la jueza electoral Marta Vidal, quien había negado el planteo del Frente Cívico y Social. Tras esta resolución, la Justicia seguirá con el escrutinio definitivo a través de la revisión acta por acta: hoy se cumplirá la jornada número once del recuento y comenzará la carga informática de las planillas que ya fueron examinadas. En el juecismo la resolución no sorprendió a nadie. Juez se reunió anoche con sus apoderados para conocer detalles del fallo. No quiso hacer declaraciones y exhortó a sus partidarios a reforzar la convocatoria para la marcha convocada para mañana. “Ahora tenemos más razones, la marcha va a ser muy fuerte”, pronosticaron ante Página/12. Distinta fue la reacción cerca de Juan Schiaretti. “Esto ratifica la mentira instalada de un señor que inventó la palabra fraude, pero que nunca exhibió una prueba”, cargó con entusiasmo el diputado Carlos Caserio, operador del PJ cordobés.

El máximo órgano de la Justicia cordobesa había asumido el tema luego de que la jueza Vidal rechazara el pedido del juecismo de abrir las urnas. Acusada de parcialidad por el Frente Cívico y Social, tras expedirse, la magistrada pasó el tema al Tribunal Superior de Justicia. Ayer, en otra de las programadas reuniones de los martes, sus integrantes resolvieron rechazar el pedido de Juez. El escrito firmado por los apoderados del intendente de la capital, Miguel Ortiz Pellegrini y Ernesto Martínez, se había basado en las irregularidades encontradas en las actas y en los problemas registrados durante el escrutinio provisorio, como la caída del sistema informático cuando Juez pasó a Schiaretti por un punto porcentual. Otra de las irregularidades, como informó Página/12, fue la constatación de que hubo más votantes en la categoría gobernador que en las de legislador provincial y tribunal de cuentas: se supone que la cantidad de votantes no debe variar mucho según cada categoría.

Sin embargo, los jueces del TSJ no consideraron suficientes los argumentos planteados por el juecismo. En varias declaraciones, el propio Juez había dicho que esperaba un fallo desfavorable y que en ese caso recurriría a la Corte Suprema y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que depende de la OEA. Mientras tanto, Juez parece estar concentrado en la movilización de mañana a las 18. A diferencia de la primera marcha contra el fraude realizada por el juecismo, convocada bajo el eslogan “las manos abiertas” (porque sus participantes se identificaban como víctimas de robo), la protesta de mañana recurrirá a un significado bastante conocido desde diciembre de 2001: el cacerolazo. Cerca de Juez prometen que en la primera línea habrá muchos invitados de Buenos Aires: como el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, el intendente de Morón, Martín Sabbatella; el ex intendente de Gualeguaychú Emilio Martínez Garbino.

Con el aval del Tribunal Superior, la jueza Vidal seguirá hoy al frente del escrutinio definitivo. Hasta ayer la Justicia había revisado 2305 actas de las 6192 mesas de la provincia. Por el ritmo con que se viene haciendo el conteo, los representantes de Unión por Córdoba estiman que los números definitivos se conocerán la semana próxima. Los juecistas se proponen llegar a las 200 mesas impugnadas y así tener elementos para pedir elecciones complementarias. El escrutinio definitivo se viene realizando en Tribunales II, como se conoce a una de las principales sedes del Poder Judicial. Los fiscales del Frente Cívico y Social ya impugnaron 148 mesas. El secretario electoral de Córdoba, José Pérez Corti, aseguró que no podía estimar con exactitud el final del escrutinio. “Cualquier tiempo que arriesgáramos como una valoración, lo único que haría es generar una expectativa que, si no se cumple, desencadenaría una serie de consecuencias que este juzgado pretende que no haya”, dijo.