Apenas pudo acomodarse luego de descender del avión que la trajo de Nueva York y la candidata presidencial del oficialismo Cristina Fernández de Kirchner ya se está subiendo a otro. Mañana, la senadora viajará a Brasilia para entrevistarse con Luiz Inácio Lula da Silva, en una visita de pocas horas pero que serán suficientes para que el presidente brasileño dé una señal explícita de cara a las elecciones del 28.

Con su estilo, Néstor Kirchner y Lula se han apoyado mutuamente cuando debieron afrontar un examen electoral. En junio del año pasado, el argentino utilizó el atril de la Casa Rosada para hacer pública su adhesión a la reelección de su colega. “No tengo ninguna duda de que esto se va a consolidar en el segundo período de Lula, que la mayoría de los argentinos esperamos”, dijo Kirchner en aquella oportunidad en un acto con funcionarios brasileños.

Lula le devolvió la atención este año, en abril. Antes de una visita oficial a Buenos Aires, dio una entrevista en la que sostuvo que la continuidad de Kirchner en el gobierno era “extremadamente importante para la integración regional”. Lo que Lula no sabía entonces era que la continuidad no estaría representada por la candidatura del Presidente sino por la de su esposa.

Justamente, en aquella visita en abril se produjo el último encuentro bilateral. Lula se reunió con Kirchner en Olivos, en un encuentro del que también participaron Cristina Fernández y la primera dama brasileña, Marisa.

La senadora tendrá mañana en Brasilia un trato bastante parecido al de un jefe de Estado. Primero, mantendrá un encuentro con Lula en el Palacio del Planalto. Luego, ambos se trasladarán al Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, donde almorzarán.

Según recordaban ayer los corresponsales en la capital brasileña, en las últimas oportunidades que Lula hizo de anfitrión de mandatarios latinoamericanos no almorzaron en su residencia sino que buscó el ámbito menos íntimo de Itamaraty, la sede de la Cancillería. Otro dato que sirve para ilustrar el marco que el brasileño pretende darle a esta visita.

Se supone que Lula hará de nuevo declaraciones respaldando la idea de la necesidad de una “continuidad” en la Casa Rosada para ayudar a la integración de la región. La forma más elegante en que puede respaldar la candidatura presidencial de Cristina Fernández sin que los candidatos opositores puedan acusarlo de entrometerse en la política interna argentina.

Por la tarde, en la misma Brasilia, la candidata mantendrá una reunión con empresarios. Según trascendió, entre los confirmados están los representantes las firmas con importantes inversiones en la Argentina, como Camargo Correa y Petrobras. Por estos días, Petrobras recibió el rechazo del gobierno argentino a su intención de comprar la filial local de Esso.

Con la agenda completa de compromisos de campaña, Cristina Kirchner no se quedará ni una noche en Brasil. Luego de la reunión con los empresarios volverá a Buenos Aires y dormirá en Olivos.

La brasileña no será la última escala en el extenso periplo por el mundo de la candidata presidencial durante este año. Según lo adelantado por su comando de campaña, habrá un último viaje a Chile para reunirse con la presidenta socialista Michelle Bachelet, con quien mantiene una relación cercana desde hace tiempo. Será la última foto internacional del álbum de campaña de Cristina Fernández, que las ha tenido muchas y de amplio surtido.