Néstor Kirchner negó ayer haber desistido de la pelea por la relocalización de la pastera Botnia y dijo que el medio que publicó esa versión, recogida durante su viaje a los Estados Unidos, se equivocó. “Lo que yo digo es cierto y lo que dijeron allí no es cierto. Siempre he sido consecuente, dije que no se podía generar expectativa, pero que nuestra esperanza estaba puesta en el Tribunal de La Haya para lograr la relocalización de la planta”, señaló el Presidente en la antesala de una reunión con el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, en la que reiteró su postura.

El último jueves, en una charla informal mantenida con distintos medios en el hotel Four Seasons de Nueva York, Kirchner se refirió al conflictivo tema. Al día siguiente, el principal título de tapa del diario Clarín fue: “Kirchner admite que la papelera no se irá de Fray Bentos”. En la página 3, el matutino reproduce un textual del Presidente en un artículo cuyo título fue: “Papeleras: Kirchner admite que Botnia ya no se va a relocalizar”.

Ayer, durante un acto en la Casa Rosada, el Presidente apuntó directamente contra la edición del diario: “Realmente soy el primer sorprendido por el título de un matutino que calculo que será una equivocación, espero que no sea de mala fe. Que se diga la verdad, yo hablo con claridad, dije que Uruguay no daba posibilidad de relocalización, pero todo nuestro esfuerzo estaba puesto en el tribunal de La Haya”.

“Esto fue lo que dije yo –agregó el mandatario– y dijeron que yo había aceptado que ya la relocalización era imposible. Es absurdo, jamás dije eso y es hora que se hable con la verdad, que se diga la verdad”, expresó Kirchner sobre la empresa finlandesa montada en la ciudad de Fray Bentos, a la vera del Río Uruguay.

La Corte de La Haya debe fallar sobre la violación uruguaya del tratado. Ese Tribunal tiene la facultad, incluso, de ordenar el desmantelamiento de la pastera. Aunque mínima, allí reside la esperanza Argentina.

El Presidente buscó más adelante fortalecer su postura con otras sostenidas con anterioridad, de tinte nacionalista. “Cuando fui al acto de Gualeguaychú (el año pasado) no fui a un acto cívico más, fui con mi compromiso que tiene una historia con los Hielos Continentales y ahora con esa misma fuerza estamos llevando este tema desde el primer momento que yo acompaño al pueblo argentino, al pueblo entrerriano, al pueblo de Gualeguaychú en la demanda que estamos llevando adelante en La Haya”, se explayó en el Salón Sur.

El tema había generado desconcierto en Entre Ríos. Incluso motivó que el domingo los asambleístas de Gualeguaychú cortaran la ruta 14, la del Mercosur, en rechazo a la supuesta postura oficial de desistir de la pelea por la relocalización. Por eso, ayer mismo Kirchner citó en su despacho a Busti, quien llegó acompañado por el gobernador electo de Entre Ríos, Sergio Urribarri; el vicegobernador, Pedro Guastavino; el intendente de Gualeguaychú, Daniel Irigoyen, y el mandatario comunal electo, Juan José Bahillo. Del encuentro, también participó el ministro del Interior, Aníbal Fernández.

En conferencia de prensa, Busti se expresó en el mismo sentido que Kirchner y le agradeció el apoyo brindado a su provincia. “Sigue manteniendo la bandera de la relocalización”, afirmó. El gobernador también ofició de intérprete del supuesto malentendido. “El dijo que no veía señales de Uruguay”, lo que –dijo– motivó que Kirchner pusiera especial énfasis en La Haya.

Está claro que el vínculo entre Kirchner y su par uruguayo, Tabaré Vázquez, de nuevo no atraviesa su mejor momento. En Nueva York, el sábado pasado, una nueva reunión argentino-uruguaya de nivel político, convocada por la corona de España, fracasó en su intento de acercar posiciones para ponerle fin al pleito. En la residencia del facilitador español, Juan Antonio Yáñez Barnuevo, se juntaron los cancilleres Jorge Taiana y Reinaldo Gargano y el jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, y el secretario de la Presidencia uruguayo, Gonzalo Fernández. Luego de tres horas no pudieron revelar un sólo punto en el que se hubiera avanzado.

Busti recordó que también existe una demanda judicial iniciada por su provincia a los directivos de Botnia. “En diez días el juez puede imputarlos o no”, manifestó. De paso, el gobernador manifestó su desacuerdo con los cortes, al entender que sólo “hace daño a los argentinos”. “Yo ya dije que eran incorrectos. Qué daño le hacen a Botnia. Se deben reír. No tiene ningún sentido”, dijo.

De todos modos, negó que Kirchner les haya pedido que intervenga ante los asambleístas para que levanten los cortes y señaló que en ningún momento se habló del pedido de éstos para reunirse con el presidente.

La delegación entrerriana buscó, además, devaluar las especulaciones políticas, que hablan de un acuerdo subrepticio entre los gobiernos argentino y uruguayo para demorar la puesta en marcha de la pastera hasta después de las elecciones del 28 de octubre, con el único propósito de evitar que incida en la campaña de la candidata oficial, Cristina Fernández de Kirchner.

El encuentro que se buscó mantener en secreto entre el jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, y el secretario General de la Presidencia uruguaya, Gonzalo Fernández, en la Residencia de Anchorena, alimentó todo tipo de especulaciones. “Es una burda mentira. No hay acuerdo oculto ni espurio con Uruguay”, señaló ayer Busti en defensa del gobierno.

La de ayer no fue la primera diferencia que la Casa Rosada le plantea a los medios por el conflicto de las pasteras. Semanas atrás también salió a responder, aunque con menor énfasis, otro artículo, en este caso del diario La Nación, que anunciaba un inminente acuerdo con Uruguay.