Golpeada por los cismas y el resultado electoral, la Unión Cívica Radical (UCR) puso en discusión si la alianza política con Roberto Lavagna será sólo un instante en la vida del centenario partido. Las principales figuras partidarias que impulsaron la candidatura presidencial del ex ministro tienen ahora posiciones encontradas. El jefe de los senadores radicales, Ernesto Sanz, dijo que el acuerdo electoral “se dejó de lado a las seis de la tarde del 28 de octubre” y propició un acercamiento a la Coalición Cívica (CC). Leopoldo Moreau, ni siquiera nombró a Lavagna, calificó a la concertación de Elisa Carrió como un “conservadorismo liberal” y alentó un entendimiento con los socialistas y los aristas rebeldes. Sólo el presidente del Comité Nacional, Gerardo Morales, dijo que los proyectos comunes había que plasmarlos en el Congreso.

La conducción nacional del radicalismo se reunió ayer y acordó pedir una entrevista a Cristina Kirchner para presentarle sus proyectos sobre las Pymes y la reducción del Iva de los productos de la canasta básica.

Al margen de las relaciones institucionales, la UCR busca redefinir su propio perfil. “Con todo respeto, desde ese día, cada uno por su lado”, graficó Sanz para afirmar que el fin del acuerdo político con Lavagna fue la misma tarde de la elección presidencial. Como contrapartida, el senador mendocino dijo que “la UCR no puede sola como oposición, y la Coalición Cívica es el espacio más cercano” a UCR, y marcó la afinidad ideológica con los socialistas y el ARI. Pero evitó “personalizar” la relación con Lilita. “¿Esto implicará iniciar un diálogo con Carrió, pese a las duras controversias sostenidas?”, se preguntó para emitir su propia respuesta: “Más que hablar con personas, me gustaría hablar con las organizaciones políticas”.

“Seguramente sólo se trata de una diferencia semántica con Sanz”, dijo Moreau para referirse a la debilidad del radicalismo, pero consideró que la UCR “no puede estar muy cerca de la CC que encarnan María Eugenia Estenssoro, Patricia Bullrich, Alfonso Prat Gay y Carrió, que son una especie de conservadorismo liberal”. El dirigente bonaerense afirmó en que “sí estamos muy cerca, ideológica y pragmáticamente, del Partido Socialista y el ARI disidente”, que encabeza Eduardo Macaluse.

Morales fue el único que defendió el acuerdo con Lavagna, pero sin demasiada convicción sobre su continuidad. “Constituimos un espacio electoral, pero fundamentalmente llevamos adelante un fecundo trabajo que determinó un programa de gobierno”, dijo el senador jujeño que lo acompañó en la fórmula presidencial. Sólo mencionó que “esas ideas e iniciativas, difundidas en la campaña, ahora serán llevadas al Congreso para el debate”.