Viernes, 7 de diciembre de 2007 | Hoy
El presidente de Francia le habló por televisión llamándolo “Señor Marulanda”. “Tengo un sueño: el de ver a Ingrid con los suyos en Navidad”, dijo. El primer ministro francés viaja a Buenos Aires el fin de semana, donde se reunirá con Alvaro Uribe.
Por Eduardo Febbro
Desde París
¿Una espina en el pie o una corona de laureles? Ambas opciones son posibles para Francia en el enmarañado proceso de búsqueda de la liberación de algunos de los rehenes retenidos por las FARC, entre los cuales se encuentra la franco colombiana Ingrid Betancourt secuestrada por la guerrilla desde hace seis años y objeto, junto con otros 44 rehenes, del llamado canje humanitario: la entrega de estos rehenes a cambio de 500 presos de las FARC. París lleva cinco años intentando liberar a Ingrid Betancourt y, en julio de 2003, montó un fallido operativo de inteligencia que concluyó estrepitosamente en la frontera entre Brasil y Colombia. El último gesto de Francia es, a su manera pública, más espectacular: un mensaje personal del presidente francés Nicolas Sarkozy destinado al jefe de las FARC, Manuel Marulanda, y en el cual Sarkozy le pide a Marulanda que haga un gesto y libere a Ingrid Betancourt para esta Navidad. En su mensaje a Marulanda, alias Tirofijo, Sarkozy solicita “solemnemente que libere a Ingrid Betancourt y no haga pesar sobre su conciencia el riesgo que significaría su desaparición”.
El jefe del Estado agrega luego: “Por ahora, señor Marulanda, hay que salvar a una mujer en peligro de muerte. (...). Tengo un sueño: el de ver a Ingrid con los suyos en Navidad”. Ese es el primer mensaje grabado por Sarkozy y transmitido por Radio Francia Internacional, RFI, la emisora francesa que, en la carta de 12 páginas escrita por Ingrid Betancourt a su familia, la mujer dice escuchar cada mañana. En este contexto, Betancourt podrá escuchar a sus hijos a partir de este viernes cuando RFI empiece a emitir mensajes de Melanie y Lorenzo para que le lleguen a la cárcel insondable de la jungla donde las FARC mantienen a tantos rehenes.
En el segundo mensaje de Sarkozy destinado a los rehenes el presidente recalca: “A todos quiero decirles. Francia no los olvidará, no los olvidará nunca”. Es pertinente resaltar que ambos mensajes son la respuesta que Francia parece dar al pedido formulado por Bogotá desde el inicio de la semana. El gobierno colombiano adelantó que iba a ofrecer a Sarkozy que participe en una reunión con los insurgentes de las FARC afín de negociar la libertad de los rehenes. El martes, Colombia anunció que el alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, viajaba ese mismo día a París con la meta de presentar en la capital francesa esa respuesta. Sin embargo, Restrepo, anuló su viaje a pedido de París. El motivo oficial invocado habló de “un problema de agenda”.
El palacio presidencial del Elíseo hizo saber más tarde que el presidente quería evitar toda “instrumentalización”. Sarkozy decidió darse tiempo para “un poco de reflexión y ver cuál es la mejor estrategia. No hay que precipitarse hacia cada puerta que se abre. No hay derecho a equivocarse”, afirmó un responsable de la presidencia francesa. La prudencia de la reacción muestra el recelo que envuelve las relaciones entre ambas capitales. Francia ha tenido sobradas pruebas de que Alvaro Uribe es un socio cambiante. Dos días después, es decir, ayer, la respuesta de Sarkozy a Bogotá llegó, pero su destinatario no era Uribe sino Marulanda –“señor”–, según dice el mensaje de Sarkozy. Así, por obra y gracia de las incongruencias y las deslealtades de Alvaro Uribe, Nicolas Sarkozy, al igual que lo había hecho el presidente Chávez, se dirige directamente al jefe de una organización guerrillera que, además, figura en la lista de la Unión Europea como una de las organizaciones terroristas del mundo. Bogotá reaccionó ayer a este gesto de lo que algunos llaman “diplomacia directa” y, según declaró Alvaro Uribe, el gobierno “comparte y respeta” la iniciativa de Sarkozy.
La presencia en Francia de un emisario del gobierno colombiano no ha quedado descartada. París sigue hablando de estrecha cooperación con Colombia y, si algo es claro y seguro, Sarkozy está realmente dispuesto a viajar a Colombia si ello es “útil” al proceso en curso. La prudencia de París en sus relaciones en la cuerda floja con Bogotá es tanto más justificada cuanto que Uribe pasa de un discurso con tonos conciliadores a la guerra absoluta, y no solo de palabras. El jueves, durante una ceremonia de ascenso de generales, Alvaro Uribe arremetió con virulencia contra la prensa europea, dijo que Europa “se deja engañar”, reiteró su negativa a desmilitarizar los dos municipios –Florida y Pradera– que las FARC piden para organizar el canje humanitario y terminó diciendo: “Apaciguar la bestia es alimentarle su poder criminal. Esta no es la hora del apaciguamiento: esta es la hora de la confrontación al terrorismo”. La amenaza del uso de la fuerza para liberar a los rehenes es patente y eso es precisamente lo que se trata de conjurar, sobre todo en Buenos Aires.
Mucho se espera de lo que ocurrirá a partir de este fin de semana en Buenos Aires. Sarkozy, mediante una carta, solicitó la intervención de Buenos Aires en esta crisis. Brasil ya se sumó a una iniciativa de buenos oficios y todo apunta a cierta convergencia.
El primer ministro francés, Fran-çois Fillon, viaja este fin de semana a la capital argentina para asistir a la asunción de Cristina Kirchner y allí se reunirá con Alvaro Uribe, con Lula, con Michelle Bachelet y, desde luego, con Cristina Kirchner. La ocasión es única: casi todos los que podrían volverse actores regionales decisivos se encuentran, por primera vez, en un mismo punto con el representante de un país europeo hondamente involucrado en esta tragedia. Queda, en suspenso, lo que se llama el factor Chávez. El presidente venezolano –y ello es reconocido por todos– rompió el muro que impedía proyectar la más mínima esperanza. Después de haberlo nombrado mediador con las FARC, Alvaro Uribe retiró el mandato a Chávez –21 de noviembre– y a la senadora colombiana Piedad Córdoba. Ambos estuvieron en París, a donde habían venido con el compromiso de presentar pruebas de vida de los rehenes. Pero llegaron sin las pruebas; la historia es conocida: las pruebas fueron interceptadas por Uribe y difundidas en Bogotá. Sin embargo, los familiares de los secuestrados no aceptan el fin de la mediación venezolana y le entregaron una carta al presidente venezolano en la cual le confían el “mandato expreso para adelantar las diligencias, conversaciones, reuniones y, en general, las actividades necesarias e indispensables en el propósito de conseguir pruebas de vida y concretar la liberación”. Chávez puede aún desempeñar un papel considerable en torno de una hipótesis: las FARC, a quienes el tema de los secuestrados se les ha puesto en contra, tienen la posibilidad de restaurar la mediación de Caracas entregando uno o varios rehenes, sea a Chávez, se a Sarkozy sea través de Chávez.
Ayer circuló en Internet una respuesta de las FARC a Nicolas Sarkozy. Sin embargo, los analistas consultados dudaron sobre la veracidad del texto. Uno: dada la configuración del comando de las FARC dispersado en los cuatro puntos cardinales, la respuesta parece llegar demasiado pronto. Dos: el texto, difundido en la agencia Anncol que transmite los comunicados de las FARC, no está firmado. Detalle raro, más cuanto que Sarkozy se dirigió directamente a Marulanda. La respuesta, por ende, tendría que firmarla él. “Es un aspecto central. El mañana depende de esa respuesta, es ella la que organizará las acciones futuras”, dijo a Página/12 una fuente cercana a las negociaciones. Por lo pronto, el comunicado indica una dirección. El documento calificó de “loables y saludables” los esfuerzos del presidente francés y subraya que el canje no se hará sin la desmilitarización de un territorio en Colombia. Anncol alega que “la mediación internacional no debe convertirse en favores al uno o al otro bandos en disputa: así se pierde la credibilidad y confianza de una de las partes”. Chávez primero y Sarkozy después, ambos han despejado algunas líneas de solución. Nicolas Sarkozy ha cambiado el juego de dados chavista por un esquema más abierto y plural.
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