Martes, 11 de diciembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › VARIOS MANDATARIOS PRESIONAN POR EL CANJE DE REHENES CON LAS FARC
Buenos Aires fue ayer un centro de gestiones humanitarias. En una jornada agitada por reuniones entre mandatarios y conferencias antes de que asumiera la presidenta Cristina Fernández, el presidente colombiano, Alvaro Uribe, defendió el derecho a rescatar por la fuerza a los rehenes de la guerrilla, en medio de la creciente presión internacional para que haya un acuerdo de paz. Por su parte, el primer ministro de Francia, François Fillon, reclamó a Colombia un mayor esfuerzo. Pese a que el mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ofreció su asistencia a Bogotá, el líder colombiano respondió que había hecho todo lo posible, tras proponer una zona de encuentro con la insurgencia, como había pedido la Iglesia. En su discurso de investidura, la nueva presidenta argentina pidió a Dios una solución humanitaria antes de que fuese demasiado tarde. Asimismo, Chile se sumó al llamado internacional. En cambio, la madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC, criticó a Uribe por sus vínculos con paramilitares, mientras que comités por la liberación de Betancourt protestaron en París para que Venezuela volviera a mediar.
Buenos Aires se convirtió ayer en escenario de múltiples negociaciones para hallar una solución al conflicto que involucra a la ex candidata presidencial Betancourt y otros 44 rehenes que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) consideran canjeables por 500 guerrilleros presos. En momentos en que muchos temen por las condiciones de vida de Betancourt, Uribe aseguró que la posibilidad de lograr la liberación de los rehenes a través de la vía militar constituye un derecho irrenunciable del gobierno de Colombia, una postura que los familiares de los secuestrados rechazan por riesgosa. “Siempre ejercemos el deber de buscar a nuestros secuestrados a través de las fuerzas institucionales”, señaló a la salida del hotel internacional donde se aloja en Buenos Aires. “Se están haciendo todos los esfuerzos”, añadió, tras reunirse con el primer ministro de Francia, François Fillon.
Por su parte, el funcionario francés destacó la importancia de la comunidad internacional. “Toda la presión internacional que se pueda ejercer es importante para lograr la liberación de los rehenes”, señaló Fillon, quien tenía previsto reunirse con Chávez. En un breve mensaje, apenas terminó su reunión con Uribe, Fillon dijo que el mandatario colombiano mostró gran disponibilidad para examinar todas las posibilidades del caso. No obstante, pidió a Uribe que haga todos los esfuerzos posibles para lograr la liberación de los secuestrados. “Todas las iniciativas humanitarias que puedan ser tomadas por el gobierno colombiano son positivas para la democracia y la imagen misma de ese país”, añadió el premier, quien advirtió que la opinión mundial tiene los ojos sobre Colombia.
En otro encuentro, Lula le manifestó a Uribe su predisposición a ayudarlo con el canje humanitario. Aunque Colombia prefiere hablar de un problema de seguridad antes de que una guerra, el presidente brasileño ofreció ayuda para alcanzar un acuerdo de paz definitivo, explicó el principal asesor del gobierno de Brasil en materia internacional, Marco Aurelio García. Sin embargo, Brasil aclaró que llevará a cabo esa gestión sólo cuando lo pida el gobierno colombiano, añadió Aurelio. Si bien no hubo detalles sobre la propuesta que hizo Lula a Bogotá, el Planalto dejó entrever su vieja ambición de lograr un proceso de paz, una semana después de que uno de los principales diputados del oficialista Partido de los Trabajadores insinuara la posibilidad de que la zona de despeje se trasladara a Brasil.
Frente a las ofertas de ayuda, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, puso un freno. “El gobierno ya dio sus últimas cartas aceptando esta propuesta de la Iglesia, aceptando la zona de encuentro, y creo que es una demostración más de la voluntad que siempre tuvieron el presidente y el gobierno de facilitar el acuerdo humanitario”, sostuvo.
En su discurso al Parlamento como presidenta de Argentina, Cristina Fernández rezó por Colombia. “Que Dios ilumine a la hermana y querida Colombia para poder alumbrar a una decisión que exige el derecho humanitario internacional”, abogó. Un día antes de verse con Uribe y la madre de Betancourt, Fernández aclaró que no pretende inmiscuirse en los asuntos de otro país. “Hay un derecho humanitario internacional para que pongamos todo el esfuerzo para no llegar demasiado tarde”, insistió.
La otra presidenta que se unió al pedido de libertad de los rehenes fue la líder chilena Michelle Bachelet. “El secuestro, tal vez, es una de las formas más crueles de tortura. Y por eso el gobierno de Chile también se suma a este llamado a la liberación de hombres y mujeres secuestradas”, dijo la mandataria, antes de reunirse en Buenos Aires con Uribe.
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