Viernes, 28 de diciembre de 2007 | Hoy
Dos altos oficiales de los bomberos y un empresario fueron condenados a cuatro años en una causa colateral a Cromañón. Otro empresario recibió 2 años y 9 meses, y un tercer bombero, 2 años y medio. Los jueces dieron por probada la red de pago de coimas para habilitaciones.
Por Horacio Cecchi
Los aplausos y vítores del final dieron la perspectiva de cómo tomaron el fallo del Tribunal Oral Nº 24 los familiares de Cromañón presentes en la audiencia. La condena a cuatro años por cobrar o pagar coimas para habilitaciones de 16 boliches bailables impuesta sobre el ex jefe de la División Prevención de la Superintendencia de Bomberos de la Federal, Alberto Corbellini, el oficial principal de bomberos Marcelo Nodar, y el empresario Rubén Fuerte, colmó y hasta podría decirse que superó las expectativas de los padres. La pena, de cumplimiento efectivo una vez que quede firme, fue mayor que el pedido del fiscal del juicio, Jorge López Lecube, quien había solicitado un máximo de tres años para Corbellini y Nodar, lo que en ese caso la hacía una condena de cumplimiento condicional. Además, el cabo Marcelo Esmok recibió 2 años y medio, y el empresario Luis Perucca, 2 años y 9 meses. “Es un delito muy grave –dijo a Página/12 Fernando Soto, abogado de familiares y víctimas de Cromañón–. Es como cobrar coimas para sacar los salvavidas de un crucero con mil personas. No es la coima sino las implicancias.”
La sala de audiencias de la Cámara del Crimen estaba colmada de familiares con fotos de sus chicos muertos. La expectativa era grande porque éste es el primero de los juicios orales que se desprendió de la causa principal por el incendio del boliche Cromañón. Se la llamó la causa Bomberos, porque en ella quedaron implicados tres bomberos de la Federal, dos de ellos con cargos jerárquicos (Alberto Corbellini, jefe de la División Prevención, y Marcelo Nodar, oficial principal).
La causa investigó las vinculaciones entre bomberos y titulares de empresas de asesorías de seguridad contra incendios (Rubén Fuerte y Luis Perucca), para el cobro de coimas con el fin de habilitar boliches bailables, evitando las exigencias de seguridad, en 16 casos puntuales, entre los cuales, cabe aclarar, no figura Cromañón. En realidad no es una novedad lo que investigaron. La coima para habilitar locales está en boca de toda la población. Lo novedoso, en todo caso, resultó ser que se demostrara el cohecho, que quedara involucrado uno de los cargos más altos de los bomberos, y que se abriera la puerta para que en el juicio principal quedara impresa la idea de que el boliche incendiado no tenía habilitación porque se había pagado para sortearla. La posibilidad, obviamente, agrava las acusaciones.
La causa Bomberos se inició cuando, durante la investigación sobre el incendio de Cromañón, la ex funcionaria comunal Fabiana Fizsbin acusó al defensor adjunto porteño Atilio Alimena de haber estado vinculado con empresas de asesoramiento de seguridad contra incendios. Durante el careo, Fizsbin denunció que los bomberos cobraban coimas para habilitar boliches, lo que motivó la apertura de una causa desprendida de la principal en la que se inició una investigación sobre diferentes boliches.
Durante el juicio, que se inició en noviembre pasado, se determinó que Fuertes y Perucca eran dueños de dos empresas que realizaban trabajos de asesoramiento sobre productos ignífugos e infraestructura que permitieran habilitar locales nocturnos y que pagaban coimas para acelerar los trámites. Cuando el dueño de un boliche se contactaba con los bomberos para obtener una habilitación, los federales le hacían un breve asesoramiento y lo derivaban hacia las empresas especializadas de Fuertes y Perucca. Allí se desprendía un pago que después era repartido con los bomberos, pago con el que el dueño del boliche se garantizaba la aprobación para poder funcionar sin invertir en las medidas de seguridad necesarias.
El fiscal Jorge López Lecube pidió tres años para Corbellini y Nodar; 2 años y 9 meses para los empresarios Fuerte y Perucca; y 2 años y medio para el cabo Marcelo Esmok. En su alegato defendió a la institución policial cuando dijo que no estaba contra la institución policial y que en todas las instituciones había hombres buenos y hombres malos.
Los jueces del Tribunal Oral Nº 24, Marcelo Alvero, Raúl Llanos y Cecilia Maiza, consideraron comprobada la red ilegal de habilitaciones en los 16 casos presentados, entre ellos locales nocturnos como Roxy, Coyote, Pizza Banana y Latin One. Y sentenciaron a Corbellini, Nodar y Fuerte a cuatro años; a Perucca a 2 años y 9 meses, y a Esmok a 2 años y medio. El tribunal condenó, además, a los bomberos a inhabilitación permanente en la función pública. En el caso de Perucca y Esmok, con penas condicionales, deberán cumplir condena realizando tareas sociales gratuitas seis horas al mes en la sede de Cáritas más próxima a su domicilio.
El fallo (los cuatro años) arrancó aplausos y vítores entre los familiares. “Esto es aire fresco: escuchar inhabilitación perpetua para estos delincuentes, que además tienen detrás otras causas mucho más grandes de cohecho –sostuvo el abogado José Iglesias, padre de una de las víctimas–. Este es un mensaje para la cúpula de Bomberos.”
“No hay una prueba directa con Cromañón, pero no queda más remedio que concluir que funcionaba sin habilitación por la trama de coimas entre bomberos, empleados municipales y empresarios –señaló Fernando Soto a este diario–. Cromañón no era un quiosquito. Son delitos graves los que cometieron. Es como si se hubiera pagado para sacar los botes salvavidas de un crucero con mil pasajeros. No estamos hablando sólo de una coima sino de las implicancias que tiene. Este es un caso grave de corrupción. Y la condena supera nuestras expectativas.”
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