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Un reclamo por primero despedir y luego preguntar

En su primera reunión oficial con el macrismo, ATE cuestionó la metodología aplicada en las 2400 cesantías de trabajadores. El gobierno porteño insistió en que no habrá marcha atrás.

Tras paros, movilizaciones y fallos judiciales, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) logró ayer que desde el macrismo le abrieran las puertas para iniciar una mesa de negociaciones. En la reunión con el ministro de Hacienda, Néstor Grindetti –en cuyo despacho tuvo lugar el encuentro–, el secretario general adjunto de ATE, Rodolfo Arrechea, planteó una serie de reclamos entre los que se destacó la defensa a los trabajadores despedidos “que cumplen funciones” y un cuestionamiento “metodológico” al gobierno porteño por primero haber despedido para recién después realizar el censo verificador de los supuestos “ñoquis”. En el macrismo, que mañana se reunirá con Sutecba (ver aparte), aseguraron respetar la pluralidad sindical y se mostraron renuentes a negociar respecto de los 2400 cesanteados.

La reunión, a la que además de Arrechea y Grindetti asistieron el secretario gremial de ATE capital, Marcelo Frondizi, y el director de Recursos Humanos, José Ohrnialian, en representación del gobierno macrista, duró algo más de una hora. En ese lapso hablaron sobre el conflicto por los despedidos y acordaron, sin especificar fechas, reuniones futuras.

El primero de los reclamos presentados por ATE fue el referido a la “cuestión metodológica”. Para Arrechea, el problema radica en primero haber cesanteado a 2400 trabajadores a ciegas, para recién con el censo de marzo empezar a identificar individualmente a los “ñoquis”. El procedimiento –dijo en diálogo con Página/12– “debió haber sido al revés”. Y es en este sentido que ATE planteó en el encuentro que su defensa no se restringe sólo a aquellos afiliados a la gremial, sino que incluye a todos los trabajadores despedidos “que cumplen funciones”.

El tercer punto fue referido a los mecanismos de control. ATE exigió transparencia en el censo venidero, para lo cual solicitó formar parte del proyecto. El cuarto punto versó sobre el fallo de la jueza Elena Liberatori que ordena la reincorporación de todos los trabajadores en sus puestos. Arrechea llevó al despacho del ministro testimonios de empleados que sufrieron dificultades en la vuelta a sus puestos, y Grindetti aseguró que se ocuparía del tema: “Prometió que aceptarán la resolución y que arbitrarán para que se vaya cumpliendo”, dijo Arrechea.

Sin embargo, desde el entorno de Grindetti recordaron que si bien es obligación del Ejecutivo porteño respetar una decisión judicial, ellos apelaron y están a la espera de un nuevo escenario. “No habrá marcha atrás”, dijo su vocero. Así, ratificaron que su postura es inflexible y que los despidos no se discuten. Incluso, como ratificando la posición, fuentes del macrismo que prefirieron el anonimato aseguraron que tras el fallo de la jueza Liberatori “sólo un 20 por ciento se presentó a trabajar”.

En términos políticos, la reunión entre ATE (enrolada en la CTA) y los funcionarios macristas modifica en parte el escenario. Ocurre que, desde que el conflicto explotó, fue una bandera del sindicato que el gobierno porteño reconociera su representación y lo convocara como hizo con Sutecba, gremio que pertenece a la CGT. Hasta ayer, el estar marginado del diálogo no le permitía a ATE avanzar en la negociación. Hoy el director de Recursos Humanos porteño recibirá a una delegación de Sutecba que, seguramente, hará algún comentario por el encuentro.

Informe: Diego González.

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Los funcionarios de Macri recibieron ayer a ATE (CTA).
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