Lunes, 28 de enero de 2008 | Hoy
EL PAíS › HALLARON PARTES DE DOS CUERPOS Y ARMAS EN MAGDALENA
Un operativo de las fuerzas bonaerenses encontró en un canal fragmentos de dos cráneos, vértebras, una bala y parte de una ametralladora. Las versiones sobre Julio López y Miguel Bru.
Por Alejandra Dandan
La búsqueda empezó el sábado a la noche en un canal de agua poco transitado del pueblo de Los Naranjos, a 25 kilómetros de Magdalena, en la provincia de Buenos Aires. Con la línea de su caña, un pescador levantó el trozo de un cráneo. El hallazgo generó un megaoperativo de las fuerzas de seguridad de la provincia que, horas después, en agua y en tierra, localizaron restos de un segundo cráneo, vértebras y trozos de tres costillas, pero también restos de una recámara rota de una ametralladora UZI, una bala calibre 38 intacta y restos oxidados de eslabones de una cadena. Aunque las piezas óseas aún deben analizarse, en principio se cree que no serían de Julio López, como se rumoreó ayer, porque tendrían más de tres años de antigüedad. En cambio, la Justicia investiga entre otras opciones si son de Miguel Bru, el estudiante de periodismo de La Plata desaparecido en 1993 a sólo dos cuadras del lugar. Las primeras pericias podrían conocerse en horas.
El operativo del sábado se hizo en uno de los cuarenta canales que recorren la ruta provincial 11, en el paraje de Los Naranjos, un pueblo de no más de doscientos habitantes. A las 20.50 del sábado, un pescador con sus dos hijos recorría uno de los canales que no habría sido revisado por quienes vienen siguiendo las pistas de Miguel Bru en todos estos años.
Rosa Schönfeld es la madre de Miguel y fue una de las personas que primero llegaron al lugar, cuando comenzaron los operativos. “Nunca había prestado ni atención a ese canal”, dice ahora. “Es un desagüe que, como ahí termina el agua de los campos, crece cuando hay lluvia y ahora estaba bastante seco y yo pude estar abajo del puente.”
“Serían las once y media de la noche cuando me llamaron para pasarme el dato”, repite. “Los pescadores estaban ahí cuando tiraron la línea y se encontraron un pedazo de cráneo, por eso avisaron enseguida. Cuando nosotros llegamos ya estaban esperando los buzos, pero como no se veía casi, y no había tanta urgencia se decidió dejar los procedimientos para el día siguiente.”
Ayer, durante la mañana, los operativos continuaron. Durante todo el día, la provincia movilizó a la Policía Científica, buzos, a los cuerpos de Infantería, de Caballería, de la Policía Montada, de Bomberos y 22 efectivos. En el lugar rastrillaron los alrededores y el agua. Según los resultados que mandaron a la Unidad de Investigaciones Fiscales UFI 3 de La Plata, a cargo de Marcelo Martini, en el lugar se encontraron huesos y armas.
En un primer momento la información que manejó la fiscalía y los Bru indicaba que en el lugar habrían aparecido dos –y no uno– restos de cráneos y de personas distintas. Se trata de dos mitades; una que podría ser de un adulto y la otra, del tamaño de una gorra, de alguien bastante más chico. Uno de los dos restos conserva además la calota, que ahora puede servir para extraer ADN.
En el informe final que llegó a la UFI 3 al final del día no estaba claro si los restos eran uno o eran dos. Pero fuera de eso, el informe incluyó el hallazgo de “tres vértebras pequeñas” y “dos restos de costales”, aunque aún no se sabe si son de seres humanos o de animales. También encontraron restos “de cadena con eslabones medianos”, oxidados, incautaron restos de “un cartucho corto calibre 38 intacto”, restos de armas de fuego UZI o PA3 correspondientes a la recámara, según la información judicial.
El escenario y la cuenta de cada una de las piezas bastaron durante el día para disparar la sospecha de que podía tratarse de Julio López, el testigo del juicio oral al represor Miguel Etchecolatz que desapareció en septiembre de 2006 y aún es intensamente buscado. Pero al cabo de las horas, los primeros análisis alejaron por ahora esa posibilidad. Durante el procedimiento estuvo presente un médico forense de la Policía que luego de analizar los restos óseos indicó que eran “bastante viejos” y que por los colores y el estado general tendrían más de tres años. Aun así, nadie descartaba anoche que las muestran se crucen con las piezas dentales de López y los elementos que tiene la Justicia de la provincia para hacer las primeras comparaciones antes de pasar la causa o los pedidos al juzgado federal de Arnaldo Corazza, a cargo de la pesquisa.
Al margen de esa posibilidad, los rastreos y en particular la zona en la que aparecieron los restos, volvieron a alentar la posibilidad de que pudiera tratarse de Bru, el estudiante asesinado por la policía platense.
“Nosotros recorrimos una y otra vez las calles de ese barrio, porque sólo a dos cuadras de ahí estaba la casita donde desaparece Miguel”, dice su madre. “Pero es muy chiquitito el paraje, la gente tiene miedo, y a la gente le da miedo porque están en un pueblito, al costado de la ruta, demuestra miedo a la policía y a la información.”
De todo lo que se encontró, los restos óseos más importantes que tiene la Justicia son del cráneo por el ADN y porque los otros pueden ser de animales. La UFI 3 evalúa mandarle el material al equipo de antropólogos forenses de la provincia. Por el momento, en la causa se intenta descartar que los huesos no sean parte del material desechado por estudiantes de Medicina. Como uno de los cráneos tiene un corte a la mitad, perfectamente efectuado como con un bisturí, una parte de los investigadores de la policía anoche creía que se trataba de eso. Lo que tal hipótesis no podía explicar es qué hacían los restos de cadena, de armas y la bala. “Esto no tiene nada que ver con los huesos de los médicos”, reflexionó una fuente judicial. Como muestra, la UFI 3 recuerda una causa que siguió el año pasado, con un caso similar donde los huesos sí eran del descarte de los estudiantes: los huesos tenían en ese caso cintas adhesivas y otras marcas del estilo.
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