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La agudeza visual, el buen estado físico general y el equilibrio emocional deberían ser, según el senador Jorge Capitanich (PJ), requisitos básicos para los candidatos presidenciales y aspirantes a cargos legislativos y ejecutivos a nivel nacional y provincial. Eso es lo que planteó en un sorprendente proyecto de ley que dice que el requisito constitucional de “idoneidad” no alcanza. El constitucionalista Daniel Sabsay advirtió que una normativa de esas características puede llegar a tener claramente “efectos discriminatorios” y, así, ser inconstitucional.
Para Capitanich la clave es que “la gente sepa que la persona que va a elegir está en condiciones de soportar exitosamente situaciones de presión y decisión extremas”. Lo que pueda y quiera hacer el candidato por el país sería otro cantar. Quien quiera postularse deberá someterse a estudios físicos y psiquiátricos que efectuarían “instituciones oficiales”:
- Un examen físico completo, que abarque todos los aparatos y sistemas incluyendo agudeza visual cercana y lejana.
- También se exigiría radiografía de tórax y electrocardiograma.
- La propuesta detalla inclusive los análisis de laboratorio: hemograma completo, eritrosedimentación, uremia, glucemia, reacción para la investigación del mal de Chagas Mazza y estudio de orina.
- Para completar el megatest, los estudios neurológicos y psiquiátricos serían condición sine qua non.
- Y habrá que declarar bajo juramento toda patología que se padezca.
“Siempre me sorprendió la facilidad con la que uno puede acceder a un cargo electivo público en comparación con lo que se exige al ingresar a un trabajo, tanto por la legislación laboral como por requisitos de las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART)”, argumentó Capitanich para explicar su iniciativa. Los fundamentos del proyecto señalan, además, que en la Constitución se “fijan principios de carácter general vinculados a la idoneidad moral e intelectual”, pero “no estipulan expresamente las condiciones físicas o psicológicas de los candidatos”.
“Lo que la Constitución exige es la idoneidad, que surge de lo que la gente aprecia en un candidato y del posterior ejercicio en el cargo. Un examen físico puede convertirse fácilmente en una herramienta para la discriminación”, polemizó Sabsay. “¿Acaso una persona que sufra un cuadro oncológico no sería capaz de ejercer un cargo? ¿Quién determinaría la presencia de una patología psíquica? ¿No es suficiente el ojo del electorado ante su presentación en campaña? El requisito de idoneidad no puede reglamentarse porque eso puede llevar a enormes abusos y por eso podría ser inconstitucional”, sostuvo el jurista, quien además cuestionó la comparación con las exigencias para acceder a cargos laborales “que también suelen ser discriminatorias”.