El viernes pasado, 27 de junio, a la noche, una voz anónima llamó a un teléfono de la Cancillería alertando sobre un “atentado” bajo el llamativo nombre de “Negra verde” que tendría como blanco la cumbre de presidentes del Mercosur que se desarrolló entre lunes y martes en Tucumán.

Ante la denuncia realizada por “intimidación pública”, el juez Claudio Bonadío ordenó el rastreo de la llamada telefónica. El número de celular pertenecía a un “bolsero”, por lo cual se dispuso la intervención de la línea para poder detectar al posible culpable.

Después de sortear una serie de obstáculos porque al estar privatizadas las telefónicas el trámite judicial se demora, recién el lunes pasado se detectó una conversación que permitió identificar al supuesto responsable de la intimidación.

Fue detenido José Enrique Carabajal, un trabajador rural de Villa Quinteros, Tucumán, quien quedó a disposición de la justicia federal bajo el cargo de intimidación pública. Carabajal ya tendría antecedentes por esta clase de delitos.