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El hombre mantiene un perfil bajo, lejos de la exposición mediática. Sin embargo, en una de sus pocas apariciones públicas, expuso bien a las claras cuáles son sus ideas respecto de las políticas sociales. “Los desalojos que ordenaron los jueces afectaron a 2288 familias, cerca de 8000 personas. Y hasta fin de año tenemos confirmados 124 (desalojos), más los que se agreguen.” Palabra de Pablo Gabriel Díaz, actual director general de Atención Inmediata, hombre de plena confianza del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. El mensaje fue enviado el 22 de octubre de 2008. Se hablaba de 124 desalojos en apenas 70 días –contando fines de semanas y feriados–, que eran los que faltaban para finalizar ese año. Casi dos desalojos por día. Esa es la política social de Pablo Gabriel Díaz, un hombre de 43 años que ha logrado ocultar, hasta ahora, dos rasgos de su personalidad: por un lado, forjó su filantropía en el Ejército, porque es militar retirado. Por el otro: su anterior contacto con lo social fue ocuparse de la basura.

En efecto, Díaz, antes de que Macri lo pusiera en sus actuales funciones, era integrante del directorio del Ente de Higiene Urbana. Hoy, desde la Dirección de Atención Inmediata, sigue realizando, a su manera, una labor de “higiene urbana”, porque en lugar de atender las necesidades sociales de miles de personas que viven en la calle, las expulsa, las esconde arrojándolas en hoteles, hasta que vuelven a la calle o hasta que encuentran algún alojamiento transitorio del que, en un tiempo, volverán a ser echados. Desde su lugar, Pablo Gabriel Díaz está a cargo del Programa Buenos Aires Presente (BAP).

En otras épocas, el BAP atendía las 24 horas del día porque su tarea esencial es la de solucionar conflictos graves que necesitan una rápida intervención. Ahora, en cambio, están desde las primeras horas del día, sólo hasta las 20, es decir cuando empieza la noche y con ella, las situaciones de mayor riesgo para los que viven sin techo. La noche es para los 26 “pesados” de la Unidad de Control del Espacio Público porteño (UCEP), especializada en expulsar por la fuerza, si es necesario, a los indigentes que duermen en calles, plazas y parques. Si hay una emergencia nocturna, la gente liderada por Díaz llama a la UCEP para que intervenga.

En octubre del año pasado, Díaz había anunciado 124 desalojos, en los barrios de Barracas, San Telmo, Balvanera, Montserrat, Constitución, San Cristóbal, Boedo y Almagro, donde abundan edificios viejos, desocupados, en los que se apiñan los sin techo, en algunos casos desde hace décadas y en muchos de ellos, por acuerdos con el gobierno porteño, en otras épocas que Macri y Díaz quieren también erradicar. Díaz ha dicho que para solucionar el déficit habitacional, que se estima afecta al 20 por ciento de la población, el único camino es otorgar subsidios que oscilan “en los siete mil pesos” y que, en realidad, sólo sirven para soluciones transitorias.

“No hay política social para atender el problema. Se cambió el eje. Hoy lo que se prioriza es la recuperación del espacio público en detrimento de la política social. El BAP, en otras épocas, era regido por una política de inclusión, integración y contención. Hoy eso se ha perdido. Combatir la pobreza no es lo mismo que aniquilarla o esconderla. Liderar un proyecto social no es lo mismo que liderar un proyecto urbano”, le comentó a este diario una persona que trabajó en el BAP, en gestiones anteriores a las de Macri. La salida, hoy, es la que indica la UCEP.

“Llegaron a los empujones y nos dijeron que en 48 horas nos iban a desalojar y si no aceptábamos los 7000 pesos ahora, cuando se hiciera el desalojo no íbamos a recibir nada”, recordó a Página/12 una mujer, Rosa, que fue echada del edificio de Paseo Colón 1588. En otros tiempos, el BAP atendía las 24 horas de los 365 días del año. Recibía de 20 a 100 llamadas por día, eso en verano. En los meses de invierno, las demandas oscilaban entre 500 y 1000 por día. Ahora, si llaman después de las ocho de la noche, serán “atendidos” por los 26 monos de la UCEP, que dependen, como el BAP, del militar retirado Pablo Gabriel Díaz.