Danilo Coronel tiene 48 años y trabaja para De Narváez desde 1992. Según su empleador, era el parrillero de su establecimiento de campo en Luján. La confianza que le tiene debe ser grande, ya que en 2008 cuando creó su nueva empresa Fransa SA, de servicios empresariales, De Narváez contrató a Coronel como “trabajador agrario”. Esa empresa, con un patrimonio neto de medio millón de pesos y pérdidas por cerca del 10 por ciento en el último ejercicio declaró como objeto social uno de los más curiosos: astrología, espiritismo, agencia matrimonial, investigaciones genealógicas, contratación de acompañantes, lustrabotas y acomodadores de autos. No se explica qué tarea podría desempeñar en Viamonte al 1400, sede de Fransa, un trabajador agropecuario, apto para preparar asados y llevar teléfonos.