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Las versiones sobre el destino del jefe de Gabinete, Sergio Massa, fueron moneda corriente en el relativamente corto período –menos de un año– que lleva ocupando el cargo. Cada vez que crecía el rumor de que renunciaba o de que lo desplazaban, los hechos terminaban desmintiéndolo.

Ahora las versiones de su posible alejamiento recrudecieron a luz de los resultados electorales del domingo pasado en la provincia de Buenos Aires, ya que no son pocos los que en el Gobierno lo acusan de haber obrado con picardía en su distrito, Tigre. Lo acusan de haber puesto más empeño en que gane la lista de candidatos a concejales que encabezó su esposa, Malena Galmarini de Massa, que la lista de diputados nacionales con Néstor Kirchner a la cabeza y que él mismo integraba en el cuarto lugar, por la que resultó electo. La lista de Kirchner y Massa ganó por exiguos 4,5 puntos de diferencia a la de Unión-Pro, pero la de su esposa triplicó esa cifra: obtuvo el 53 por ciento de las preferencias de los habitantes de Tigre, mientras que la lista de Kirchner y su marido sacó el 39 por ciento. El jefe de Gabinete no pudo dar explicaciones convincentes sobre semejante diferencia.

También alientan las especulaciones el hecho de que Massa tenga salidas formales bien constituidas como para que su reemplazo no sea traumático, ya que puede asumir como intendente de Tigre –cargo del que está en uso de licencia–, o incluso como diputado nacional, cargo para el cual fue electo el domingo.

De todas maneras, el lunes en la conferencia de prensa que dio la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada, ante una pregunta sobre cambios en su gabinete, negó que vaya a hacerlos en lo inmediato, ya que dijo que la derrota no ameritaba una actitud de ese tipo. Quienes están cerca de la Presidenta aseguran que el recambio de ministros no será inminente para que no quede asociado con la derrota, pero que tampoco pasará mucho tiempo para que haya novedades en ese sentido.

En esa misma conferencia fue muy comentado el irónico comentario que deslizó a Massa luego que le pidiera ayuda con la cotización con la que había cerrado el real en Brasil el día anterior. “No lo sé”, le contestó Massa. “Un jefe de gabinete debería saberlo”, le dijo la Presidenta, se supone que en broma.