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El titular del PJ es Daniel Scioli. ¿Le sorprendió su visita a la Rural y que después diera una conferencia de prensa con la Mesa de Enlace?

–La visita a mí no me parece mal.

–¿Usted iría a la Exposición de la Sociedad Rural?

–¿Eh? Y... yo iba todos los años. Iba a la matera de Uatre (el gremio de pones rurales), donde escuchábamos la payada del payador perseguido que el Momo (por Gerónimo Venegas, dirigente de Uatre) tiene ahí. Es un lugar donde se matea, se guitarrea y se hacen espectáculos. Pero este año no me invitaron. No tiene nada de malo ir. Terminemos con esta antinomia. Pero no me parece muy bien la actitud que asume alguna gente del campo, que critican mucho el Diálogo Social. Hay que empezar una etapa nueva y en ella está implícito el diálogo.

–Uno de los ejes del diálogo económico y social es la posibilidad de modificar el nivel actual de retenciones a la soja. ¿Qué opina?

–Acá se habla de retenciones pero de sectores que tienen superganancias. La soja tiene ganancias espectaculares y un gasto mínimo. No puede haber una sociedad donde hay muchos sectores con una necesidad muy grande, para los que estamos tratando de implementar la asignación universal por hijo, y otros con ganancias extraordinarias. Eso sería una inmoralidad. Con el tema de las retenciones se cometió un grave error. La 125 significaba sacarles a aquellos que ganan mucho, como los exportadores, para darles a los que menos ganan, los productores y los transportistas. Cuando esto se sepa bien, cuando se estudie bien, se van a dar cuenta de que cometieron un error.

–En Aerolíneas se designó al abogado Mariano Recalde. El hijo de Héctor, apoderado de la CGT. ¿Fue un gesto hacia usted?

–Yo conozco a Recalde padre y a Recalde hijo. Mariano es apoderado nuestro y también lo es del sindicato de Facundo (Moyano, uno de los hijos de Moyano, fundador del gremio de trabajadores de peajes). Mariano va a hacer una buena gestión porque todos vamos a ayudarlo para que la haga. Y esperemos que Aerolíneas llegue a ser lo que fue antes de su privatización. Era una de las empresas más importantes del país, no tenía pérdidas, tenía edificios propios en Londres y París. Pero vinieron los españoles y vendieron todo. La destruyeron. Y hoy recomponer todo eso cuesta mucho trabajo. Hay que dar todo el apoyo necesario para que esta gestión cumpla en beneficio de una empresa tan querida por todos que se pasea orgullosamente por los cielos del mundo en nombre de nuestro país.