La Coordinadora de Lucha en la Ciudad marchó el jueves pasado por el centro porteño bajo las consignas “Fuera Palacios, No a la Policía Metropolitana, Disolución de la UCEP, Abajo el Código Contravencional, Emergencia Habitacional, Basta de Desalojos y No al avance represivo”. Mauricio Macri había anunciado la noche anterior la renuncia del comisario a la que definió como “un acto de grandeza”. El jefe de gobierno lo había designado contra la opinión de la oposición política, los organismos de derechos humanos y los familiares de la víctimas del atentado a la AMIA. Una decisión que ocultó celosamente hasta después de las elecciones nacionales del 28 de junio, ya que el decreto 607 con el nombramiento lo firmó el 10 de julio. “Con el discurso de la inseguridad, Macri –como el gobierno nacional– busca legitimar un arma pensada para defender a los privilegiados de siempre y castigar al pueblo. La UCEP y la Metropolitana no son la solución sino parte del problema. La sociedad no necesita más policía corrupta. Necesitamos salud, educación, trabajo, vivienda digna para todos y todas”, señalaba la Coordinadora en un volante distribuido durante la marcha. Decenas de organizaciones sociales y políticas convocaron y adhirieron a la movilización que sintetizó su espíritu en un graffiti pintado sobre el asfalto, justo frente la Jefatura de gobierno: “Lo volteamos a Palacios, ahora vamos por la UCEP”.