Sábado, 11 de septiembre de 2010 | Hoy
EL PAíS › CóMO SE DEFIENDE EL DUEñO DEL BOLICHE
Diego Pirota, abogado de Juan Carlos García Yun, el único que se presentó hasta ahora como dueño del local de Palermo, dijo que lo ocurrido se debió a “una falla en los materiales” y confió en que su representado –como ocurrió a última hora de ayer– iba a quedar en libertad, aunque bajo proceso, porque el cargo en su contra es por “homicidio culposo”, un delito excarcelable y porque en este caso “no hay riesgo de fuga”. Por su parte, el ex juez Daniel Llermanos, que patrocina a la familia de una de las jóvenes que falleció, opinó que si se demuestra que los dueños del boliche conocían el riesgo de un posible derrumbe del entrepiso “la causa podría pasar de homicidio culposo o homicidio con dolo eventual, lo que lo convertiría en un crimen y no en un hecho accidental”.
Llermanos sostuvo que lo que hay que establecer ahora es “quién tuvo la posibilidad de evitar el hecho” porque “hay que ver hasta dónde hubo negligencia y dónde empieza la intencionalidad”. En este sentido, señaló que “si todos sabían que se podía caer el entrepiso y se convoca a un conjunto como Ráfaga (N. de la R: en realidad se trata del ex cantante de ese grupo), con lo cual se iba a duplicar la concurrencia habitual, sería un crimen”.
Llermanos recordó que “por ahora la calificación judicial es razonable, es la más benigna posible del código que es doble homicidio culposo”. La causa está a cargo de la jueza de instrucción Alicia Iermini y del fiscal Andrés Madrea. Según Llermanos, en el boliche “había personal trabajando en negro, que sabía de los riesgos que tenía el lugar, por lo que debían tomar medidas para impedir la sobrecarga para evitar un posible derrumbe”.
El ex juez adelantó que un joven, que se identificó como “Gonzalo”, habría declarado que tenía “instrucciones precisas”, supuestamente de los dueños del local, sobre “cómo ubicar las mesas para evitar la caída del piso, eso me parece un testimonio abrumador”.
Por su parte, el abogado Diego Pirota informó que en el momento del derrumbe García Yun estaba “arriba, en el entretecho”. De esa forma negó la versión de Llermanos en el sentido de que los dueños conocían que existía el riesgo de un accidente. “Si eso fuera verdad, habría que pensar que mi cliente estaba allí porque se quería suicidar.”
Pirota insistió en que todo fue “una fatalidad” debida a “un desperfecto o una falla de los materiales de construcción” y no a una “negligencia” de los propietarios del club. El abogado confirmó que su defendido es “uno de los seis o siete socios” que tendría el boliche, agrupados en la asociación Viejo Sabio. Según Pirota, García Yun está “anímicamente destruido, es una persona joven, de 27 años, que no entiende cómo sucedió lo que sucedió”. La jueza Alicia Iermini pidió los planos del local, la documentación catastral y comenzó a tomar testimonio a sus empleados, para investigar lo que realmente ocurrió.
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