El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, aseguró que “los Kirchner van a dejar un país patas para arriba”, pero confió en que “con ganas, con planes y con la participación de todos” podrán “devolverle la esperanza a la Argentina”. El líder del PRO ratificó sus deseos de ser candidato a presidente en las elecciones de 2011 y afirmó que está en el “mejor momento” de su vida, pese a las denuncias que lo comprometen por las escuchas ilegales. “Tienen que transcurrir unos tiempos que marca la ley, pero yo soy un precandidato y tengo una enorme vocación de hacer un aporte a una Argentina que vuelve a dar una oportunidad de progreso a cada uno de los argentinos”, dijo ante 300 empresarios, invitado por la Fundación Mediterránea. El jefe de Gobierno porteño propuso, fiel a su ideario, “recuperar la cultura del trabajo y del esfuerzo y terminar con el festival de subsidios, con la viveza y con la corrupción”, aunque no aclaró cómo se proponía hacerlo. Durante el encuentro, que se llevó a cabo en la capital cordobesa, mostró un video de su gestión en Buenos Aires como “evidencia concreta de que se pueden hacer muchas cosas”, aunque no dejó de quejarse, fiel a su costumbre, de “un gobierno nacional que es hostil cuando uno no se somete”.