EL PAíS › LOS RECLAMOS DE CARLOS NAIR

El apellido depende del análisis de ADN

 Por Adriana Meyer

Carlos Nair Meza sostiene que inició una demanda para reclamarle a Carlos Menem el apellido porque “no cumplió con su promesa” de dárselo al final de su mandato. Iba a ser abogado, pero el año pasado abandonó los estudios de derecho que cursaba en una universidad privada en Corrientes. Endiálogo con Página/12, explicó que antes de insistir con el juicio necesita recuperarse del dolor por el suicidio de su madre. Hace un año, Menem no se presentó a la audiencia de conciliación porque “estaba de viaje en el exterior”, pero su apoderado le aseguró a este diario que “lo que surja de la prueba de ADN va a determinar legalmente la situación y el ex presidente no tendrá otra opción más que dárselo”. Y aclaró que el riojano no se opone al test sino que “aún no se llegó a esa instancia”. Claro, presentaron tres recursos que dilataron el proceso y desintegraron el tribunal que debía resolver. Pero el apoderado argumentó ante Página/12 que “el demandante no impulsa la causa” y que el juez Ramón Sala “es de un fuero no civil y por eso no conoce bien el procedimiento”.
El joven de 22 años, nacido un 17 de octubre, asegura que hubo un tiempo en que la relación con Carlos Menem fue muy fluida, pero desde que inició el juicio “se cortó todo contacto”. Dice conocer a los que serían sus tíos, pero no a Zulemita. Y confiesa que hubiera querido estar integrado a esa familia.
–Cuando inició la demanda, dijo que lo hacía porque Menem había incumplido una promesa. ¿Cuál fue y en qué contexto fue hecha?
–Me prometió que cuando terminara la Presidencia, me iba a reconocer. Me lo dijo adelante de todos, en el Hotel Alvear, pocos meses antes de terminar su mandato. Estaba mi mamá, sus secretarios, incluso gente que yo no conocía.
–También explicó que no lo hacía por los bienes sino por la identidad.
–Así es. Si nunca lo hubiera conocido, si nunca me hubiese llamado “hijo”, si no me hubiera llamado cuando estaba mal, vaya y pase. Pero yo tuve siempre una relación con él de padre e hijo, así que no sé por qué reaccionó así.
–¿Así cómo?
–Y... negándose a darme el apellido en el juicio. Ni sé si firma lo que dice porque tiene apoderado, ni si está enterado de lo que escriben los abogados.
–¿Lo llamó cuando se sintió mal?
–Sí, sí. Lo hizo después de la muerte de Carlitos. Y me fui a verlo porque me lo pidió. Hubo etapas en las que lo veía cada quince días. Cuando fue gobernador de La Rioja me fui tres meses para estar con él.
–¿Y por qué piensa que cambió de actitud?
–La verdad, no encuentro una explicación a eso.
–¿Le interesa la política?
–Poco y nada. Si es para ayudar a alguien, sí. Pero si es para andar cagando gente, no. En este momento es un desastre, está todo al revés.
–¿Por qué cree que su madre decidió quitarse la vida?
–Mi vieja sufrió mucho en la vida y si tomó esa decisión hay que aceptarla aunque duela, porque es la vida de cada uno.
–En las cartas, ¿manifestó estar cansada de las presiones políticas y judiciales? ¿Estaba pendiente del juicio de filiación?
–Sí. Se preocupaba por cómo me afecta a mí ese tema.

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