El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, le reclamó ayer a la oposición que apruebe en febrero el Presupuesto 2011, luego de que la Legislatura suspendiera la discusión hasta la primera sesión del año próximo. “Esperemos que la oposición tenga la madurez de resolver su aprobación”, expresó el mandatario comunal, quien volvió sobre sus pasos y negó querer adelantar las elecciones, como había insinuado. “Vamos paso a paso”, dijo.

Macri se refirió así a la sesión extraordinaria, que empezó el lunes y terminó ayer a la madrugada, en la que el PRO no logró convencer a ningún bloque opositor para que votara la ley de leyes. “Esperemos que en febrero se apruebe el presupuesto, que es un instrumento fundamental para poder gobernar”, se lamentó el jefe comunal, quien por el momento descartó un adelantamiento de los comicios para marzo. “Estamos tranquilos. La Ley Tarifaria ahora nos permite seguir recaudando con normalidad”, completó, en referencia a la prórroga de la alícuota de Ingresos Brutos y la modificación del código fiscal con la que se tuvo que conformar el oficialismo porteño.

Para el líder del PRO, el Presupuesto presentado por su partido “es más o menos” lo mismo que este año y sirve para pagar “comedores, medicamentos, el funcionamiento de las escuelas y la salud, el mantenimiento del espacio público y terminar las obras en los subtes”. Macri no hizo referencia alguna a las asignaciones para viviendas o al IVC, tan discutidas desde la ocupación del Parque Indoamericano.

Los opositores culparon al macrismo por el fracaso del debate. “Macri no debe victimizarse sino rendir cuentas de su estrategia de ampararse en los superpoderes que le permiten manejar 1200 millones de pesos sin control”, lanzó el legislador de Igualdad Social Martín Hourest. En el mismo sentido, el kirchnerista Francisco “Tito” Nenna se quejó por “la falta de voluntad del oficialismo en la ciudad para incrementar las partidas en infraestructura social” y Gabriela Alegre sostuvo que el PRO “sigue priorizando las políticas de maquillaje, los gastos en publicidad y las transferencias a consultorías amigas y empresas de basura”.

Los miembros de Proyecto Sur, que no habían bajado a dar quórum, criticaron el potencial incremento de los tributos y pidieron “debatir las herramientas impositivas que la ciudad necesita para su normal funcionamiento sin ningún tipo de aumento de impuestos”. Gonzalo Ruanova, de Nuevo Encuentro, extendió su crítica a los opositores que votaron junto al macrismo, en particular a la Coalición Cívica, por “permitir que se aumente la carga impositiva a los vecinos de la ciudad”. Los legisladores deberán acercar posiciones antes de la próxima sesión de mediados de febrero, donde el PRO intentará defender su plan de gastos y el aumento del ABL, que no logró aprobar en el último encuentro del año.

Hace tres semanas, ante la resistencia opositora a aprobar el proyecto de presupuesto, Macri había anunciado que el adelantamiento de las elecciones comunales era “una alternativa muy posible”. No obstante, aclaró que no había “nada definido” y que la idea del anticipo obedecía a que “sin presupuesto no se puede gobernar”.