EL PAíS › PARA LOS CONTROLES AEROPORTUARIOS

Con otro protocolo

 Por Horacio Cecchi

La ministra de Seguridad, Nilda Garré, anticipó ayer la modificación de los protocolos de control de vuelos “para mejorar y acentuar” la prevención de delitos en la salida de los vuelos. El trabajo, que corre por cuenta de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, será presentado como propuesta hoy a Garré. La modificación se planteó como mejora luego de la detención de los hermanos Juliá y de Matías Miret en Barcelona. Y deja abierta la posibilidad de que existiera una debilidad en los controles aduaneros.

Garré aseguró a la agencia Télam que el Ministerio de Seguridad “está revisando los protocolos que están vigentes” y agregó que “seguramente vamos a hacer cambios en los protocolos a nivel aeroportuario”.

Como fecha dijo que “es probable que mañana tengamos un nuevo protocolo para mejorar la seguridad en los aeropuertos y acentuar más la inteligencia criminal previa para detectar los delitos a la salida de algunos vuelos”, anunció Garré, durante la recorrida de monitoreo del Operativo Centinela.

Como ya informó Página/12, el protocolo actual exige al piloto una planilla previa al despegue que cuenta con cuatro pasos en cuatro agencias oficiales diferentes. En la primera, el piloto debe completar los datos que tienen que ver con la operatoria de vuelo a la ANAC, Administración Nacional de Aeronavegación Comercial. En esa planilla, correspondiente a Ezeiza, Eduardo Juliá aparece como piloto en el traslado del avión desde Morón, hasta Ezeiza, el jueves 30 de diciembre a las 20.35 (hora de GMT, 17.35 local). Y la partida el sábado 1 de enero a las 23.44 (GMT, 20.44 local) con destino a GVAC, sigla aeronáutica del Amilcar Cabral International General Airport, de la isla Sid, de Cabo Verde, con Miret como piloto.

El segundo paso del protocolo implica a la Aduana, el control de cargas y correos. La planilla presentada por Miret lleva un sello de la Aduana que da el visto bueno a la declaración de que el avión partió sin cargamento. Es el punto más crítico del protocolo y sobre el que se asientan las sospechas de una mirada de oso.

El tercer paso compete a Migraciones. Allí se cumple el control de personas, tripulación y pasajeros. En el caso del vuelo polémico, figuran en la partida Matías Miret como piloto, Eduardo Juliá como copiloto y su hermano Gustavo como pasajero. La cuarta persona de la que se habló desde España según las declaraciones subió en Cabo Verde (ver aparte).

El cuarto paso corresponde a la PSA, que lleva un control de seguridad policial. Según trascendidos, es esta fuerza la que estudiaba la modificación y perfeccionamiento del protocolo de control de vuelos, y lo estaba haciendo a partir del polémico vuelo del Challenger 604.

Ayer, sumándose a la polémica y la atención pública, la Coalición Cívica anunció que presentará una denuncia contra el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el titular de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), Alejandro Granados; y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, por “incumplimiento de deberes”. La denuncia, anunciada por el diputado Juan Carlos Morán, confundía al fiscal general de San Isidro, Julio Novo, como fiscal general bonaerense, y lo responsabilizaba de detener una investigación vinculada a Medical Jet, aunque Novo no depende de los denunciados, ya que corresponde a la Justicia bonaerense y a la ANAC como responsable de verificar la carga cuando en realidad la ANAC verifica la operatoria de vuelo.

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