La fugaz detención del sindicalista Gerónimo Venegas, excarcelado luego de pagar medio millón de pesos de caución, ya divide a la oposición. La diputada peronista disidente Graciela Camaño denunció “una maniobra del juez (Norberto Oyarbide) para encubrir a otros actores que están seriamente comprometidos” en la causa por los medicamentos y para “pasear por la ciudad con esposas a un hombre ligado al proyecto que venimos sosteniendo”, e insistió en que pedirán el juicio político del magistrado. Su colega Patricia Bullrich, en cambio, confirmó que la Coalición Cívica no se sumará a la cruzada del Peronismo Federal “porque creemos que es un tema absolutamente necesario de ser investigado (sic)”.

Eduardo Duhalde, en tanto no dejó pasar la oportunidad de golpear a Hugo Moyano, secretario de la CGT, que el viernes se solidarizó con Venegas pero tomó distancia del precandidato cuando se refirió a los “muertos vivos que buscan publicidad electoral aprovechando la complicidad de los medios”. “Es posible”, respondió Duhalde en Radio Mitre cuando le preguntaron si el respaldo de Moyano al dirigente de los peones rurales apuntaba a protegerse ante eventuales problemas judiciales en la causa que investiga a las mafias que operan en el negocio de la salud.

Duhalde afirmó que con la detención de Venegas “le han tocado el corazón al peronismo” y advirtió que “esto se paga”. Aseguró que recibió “el apoyo de todo el arco político: del peronismo, el radicalismo, el PRO y el socialismo”. Aclaró que no le simpatiza “la defensa corporativa” y apuntó que “no hubo ni la más mínima reacción de nadie ni de la CGT” cuando Oyarbide encarceló al jefe del gremio bancario, Juan José Zanola. También recordó el apoyo de Venegas al kirchnerismo (“fue el primero que apoyó a Kirchner en 2003, puso a todas las organizaciones”, dijo) y reiteró que la detención fue una decisión del Gobierno: “Se repite lo mismo que el Gobierno le hizo a (Mauricio) Macri, es la zancadilla que le hicieron a Macri en el Indoamericano”, declaró.

Camaño apuntó directo a Oyarbide. La detención fue “una maniobra para encubrir a otros actores”, dijo, aunque aclaró que “no venimos a defender corporativamente a los sindicalistas”. Para la esposa del gastronómico Luis Barrionuevo “se va a ir intentando la impunidad de la causa, que se instale la posibilidad de que el juez aparezca como condicionado, víctima de un sindicalismo que no quiere rendir cuentas”. Para evitarlo aclaró que el Peronismo Federal estudia viejos pedidos de juicio político a Oyarbide, para ver por cuál flanco le pueden entrar las balas.

Bullrich se encolumnó con Duhalde en la crítica a Moyano pero se distanció de Camaño en la posibilidad de avanzar contra Oyarbide. La advertencia de la CGT al “ataque a las instituciones sindicales” fue para la diputada cívica “una clara defensa corporativa del modelo sindical argentino, que no quiere cambiar y es corrupto”. El razonamiento de la central de trabajadores, según Bullrich, sería: “Hoy vienen por Venegas, mañana por Moyano, ayer fueron por Zanola”. También advirtió sobre un posible “balanceo político de la Justicia”. “Como ayer procesamos a (el ex titular de la Superintendencia de Salud, Héctor) Capaccioli, hoy voy por un duhaldista”, sería el razonamiento, que consideró “criticable”.