Desde Roma

La Presidenta llegó ayer a la tarde a Roma, donde hoy iniciará una visita reuniéndose con el presidente Giorgio Napolitano y con el primer ministro Silvio Berlusconi, mientras que mañana participará de las celebraciones oficiales por los 150 años de la unidad italiana. La llegada estuvo accidentada. Primero, por la sorpresa que generaron en la comitiva las declaraciones del diputado Carlos Kunkel sobre la fecha del anuncio de la candidatura presidencial y del vice, al que ubicó al filo del plazo legal (ver página 7). “La Presidenta no necesita jefe de campaña ni exegetas”, le salió al cruce, con obvia venia presidencial, el vocero Alfredo Scoccimarro, desde el lobby del Hotel Edén, en Villa Borghese. Además, Cristina Kirchner se enteró de que habían tenido que operar por una apendicitis a uno de sus secretarios, así que resolvió ir a visitarlo a la clínica donde quedó internado.

Cristina Kirchner sólo salió de su habitación para visitar a su accidentado secretario Martín, quien la acompaña desde hace algunos años. Luego volvió al hotel e incluso cenó en su habitación. Seguramente la idea era descansar porque hoy la espera una jornada a todo trapo, un hito para las relaciones bilaterales entre Argentina e Italia por tanto tiempo frizadas. A las 11, la espera el presidente Napolitano en el Palacio Quirinale. Desde allí, derecho a la residencia del primer ministro, donde Berlusconi la esperará para un almuerzo en circunstancias muy particulares: Il Cavaliere –que ya arrastraba sus escándalos y problemas judiciales– viene de sufrir una dolorosa derrota electoral el domingo en su bastión de Milán. Por la tarde, CFK se reunirá con empresarios argentinos e italianos que vienen manteniendo rondas de negocios desde ayer. Queda latente un posible encuentro con el histórico líder del centroizquierda italiana Massimo D’Alema. Quien tiene ganas de juntarlos es el embajador Torcuato Di Tella, aunque algunos funcionarios temen que el gesto no sea bien visto por Berlusconi, luego de la “deferencia” de recibir a la Presidenta para un almuerzo justo cuando hay tantos visitantes en Roma.