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Desde Roma

El secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, no sólo se mostraba satisfecho ayer en Roma por el memorándum firmado por el gobierno de Italia por el que se comprometió a compartir sus archivos sobre la represión durante la dictadura. Pedía ampliar la mirada y fijarse en la repercusión que tiene la política de derechos humanos argentina a nivel internacional, de la cual una muestra la dio el presidente italiano, Giorgio Napolitano, cuando le dijo a Cristina Kirchner durante la reunión que mantuvieron en el Palacio Quirinale que gracias a esa política Argentina ya había saldado su deuda con Occidente. “Tiene razón la Presidenta cuando dice que los derechos humanos ya son el ADN de nuestro país, por lo menos de este gobierno y del de Néstor Kirchner”, sostiene. En esta entrevista, Duhalde, junto al director del Archivo de la Memoria, Ramón Torres Molina, explica la importancia de la decisión italiana que espera sirva para convencer a otros países de seguir los mismos pasos.

–Probablemente en Argentina ya esté asumido como rumbo, pero lo que sucede en otros países, como en Uruguay, muestra que no es tan sencillo llevar adelante una política de “memoria, verdad y justicia”.

–Brasil tampoco consigue avanzar. Lo que decidió en Argentina fueron cinco o seis gestos espectaculares de Néstor Kirchner acompañando el discurso del 25 de mayo de 2003, donde planteó que los principios de memoria, verdad y justicia eran uno de los pilares de su gobierno. Gestos como el cambio de la cúpula militar, descolgar el cuadro de Videla, recuperar la ESMA como espacio para la memoria y la acción encomendada a nuestra secretaría de presentarse como querellante en los juicios acompañando el proceso de nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final han sido determinantes.

–¿A qué otros países se les solicitó la apertura de los archivos y qué respuesta dieron?

–Hemos pedido, con mayor intensidad aún, que el gobierno español nos proporcione la información que tenga en la embajada en Buenos Aires y en el consulado. Nunca nos dio un no definitivo, pero tampoco aportó la documentación. Hemos trabajado mucho con las comunidades autónomas españolas haciendo el padrón de desaparecidos de cada región. Creo que la reticencia está ligada a la propia política interna respecto de su pasado. No es casual que el juez Baltasar Garzón esté suspendido en sus funciones.

–¿Se pidió a otros países además de España?

–Estados Unidos desclasificó cuatro mil y pico de documentos, con muchas tachaduras, pero ha postergado en el Congreso el tratamiento de una propuesta de un representante del Partido Demócrata para avanzar aún más. En Alemania tenemos un problema, no podemos conseguir interesar al Estado alemán en la responsabilidad de Mercedes Benz con los secuestros. Lo he discutido con la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento alemán, intenté interesarlos por los alemanes desaparecidos en la Argentina. Investigar a Mercedes Benz en Alemania es como decir que vas a investigar al Estado. En Paraguay hemos tenido acceso a los archivos, no entrega de la documentación, pero porque todavía no está estructurado. Uruguay nos ha proporcionado alguna documentación, creo que debe haber mucho más. Pero es explicable, no por una negativa de colaboración con Argentina, sino que son trabas por su política interna.

–¿El caso de Italia entonces es el de colaboración más importante?

–Por lo menos es en el que el gobierno manifestó una decisión política más clara, ahora hay que concretarla.

–Llamativo viniendo de un gobierno encabezado por Silvio Berlusconi.

–Sí, pero está la palabra del presidente Napolitano. Históricamente, (el ex primer ministro de centroizquierda) Romano Prodi también ayudó mucho en esta materia y no hubo trabas para aplicar los principios de justicia universal.

–¿Qué tipo de documentación tiene la Cancillería de Italia y qué importancia puede tener?

(Duhalde le pide a Torres Molina que conteste, que es quien ha llevado adelante las causas de derechos humanos en Italia.)

R. T. M.: –Por ejemplo, cuando se restableció la democracia en Argentina, el gobierno constitucional hizo una serie de denuncias relacionadas con italianos y descendientes de italianos sobre la base de las notas verbales presentadas por la embajada de Italia en Buenos Aires en la época de la dictadura. También sabemos que hay testimonios prestados en la embajada italiana que no existen en otros ámbitos. Ese es el objetivo de incorporar el conjunto de la documentación al Estado argentino y al Archivo Nacional de la Memoria que brinda toda esta información a la Justicia.

–¿Cuándo van a poder acceder a estos archivos?

R. T. M.: –Se va a empezar a trabajar ahora con la comisión bipartita que se reuniría a fin de este mes o principios de julio aquí, en Roma.

–¿Tienen una estimación sobre cuánto tiempo les va a llevar esta tarea?

E. D.: –Dependerá de la envergadura de la documentación que haya.

R. T. M.: –Y de las trabas legales que tenga el Estado italiano para entregarla.

–Timerman dijo que en estos meses se había trabajado en superar esas dificultades legales, ¿aún quedan cosas pendientes?

R. T. M.: –Hay que dar los pasos necesarios para la desclasificación de la documentación, la comisión va a estar al tanto de esos temas.

E. D.: –Calculamos que no va a haber inconvenientes porque está la voluntad del Estado italiano.

–¿Imaginan que este gesto de Italia ayudará a los países remisos a avanzar en la misma dirección?

E. D.: –Por lo menos a nosotros nos va a servir de antecedente para los reclamos. Además, el propósito del Archivo Nacional de la Memoria es que toda la documentación de ese período negro de la historia argentina esté resguardada y también operativa, porque nosotros todos los días contestamos oficios de jueces que piden testimonios.

–¿Creen que se podrán abrir nuevas causas por la documentación que aporte Italia?

E. D.: –Sí, o complementar las que existen. En general, hay muchas causas y pocos procesados. Salvo lo que es cadena de mandos, los que operaron en centros clandestinos dependen de los sobrevivientes. Así que causas diría pocas más de las que existen, lo que podemos es engrosar la lista de procesados y condenados en esas causas.