Hijo del líder de la CGT, Facundo Moyano queda inevitablemente bajo la sombra de la figura de su padre.

–Llevar el apellido Moyano, ¿pesa o abre puertas?

–Todo el tiempo hay comparaciones y seguramente tengo que demostrar un poco más que otros. Llevo con mucho orgullo el apellido porque conozco a Hugo Moyano como persona y es un ejemplo a seguir. Después, por supuesto, no es la misma imagen que tengo yo de él que la tiene una parte de la sociedad. Moyano tiene un consenso muy importante entre los trabajadores. Hay prejuicios muy grandes de sectores que son alimentados por los medios masivos de comunicación, que se dedican a desprestigiar la figura del dirigente sindical en general. Como ahora es la máxima expresión de los trabajadores, las balas están direccionadas hacia él. Muchas veces con Pablo, mi hermano, decimos que el día en que Clarín deje de hablar de Hugo nos vamos a preocupar. Forma parte de un trabajo nuestro poder cambiar esta falsa idea, pero hay que reconocer que hay dirigentes gremiales que contribuyen y alimentan esta imagen.