EL PAíS › LAS APUESTAS DEL PLAN ECONOMICO QUE PREPARA LAVAGNA
Cuentas en orden y crecimiento rápido
Por C.S.
El programa económico del gobierno de Néstor Kirchner tendrá dos principios rectores: Sostener un dólar en torno de los 3,10 pesos como principal incentivo al modelo post convertibilidad y mantener las cuentas fiscales en orden para priorizar el superávit primario. Definidos estos dos objetivos, es posible interpretar, en términos de consistencia, las medidas de política económica de Roberto Lavagna en su segunda etapa.
u Impuestos. La voluntad declarada de mantener a rajatabla el superávit primario significa que en materia tributaria no deben esperarse grandes cambios. Según adelantaron a este diario colaboradores del ministro, los cambios estarán atados al crecimiento de la recaudación. Pero como cerca de Lavagna estiman que el crecimiento llegará pronto, suponen que en el corto plazo “podrán moverse algunas alícuotas”. El primer paso podría ser la baja del IVA a la mitad para los productos de la canasta básica.
u Salarios. Se intentará sumar al salario los 200 pesos adicionales que actualmente se pagan en el sector formal de la economía. Esta suma tiene significación para los salarios más bajos. En el caso del salario “mínimo, vital y (in)móvil” significa su duplicación. Aunque modesto, este objetivo promete generar rispideces con el sector empresario.
Adicionalmente, en Economía creen que la mencionada baja del IVA provocaría una mejora del ingreso real de los asalariados. Sin embargo, se trata de un supuesto que desestima la inflexibilidad a la baja de muchos precios locales. Si se considera la experiencia histórica, la merma del tributo podría terminar siendo una mejora exclusiva para el sector empresario. No obstante, los técnicos del Palacio de Hacienda estiman que no es lo mismo una baja reducida y transitoria que una “significativa y permanente”.
u Jubilaciones. En el entorno de Kirchner consideran que el sistema de las AFJP significó el desfinanciamiento del sistema público. El primer paso para poner fin a la injusticia del pasado, entre ellas las de los aportantes cautivos y las comisiones desmedidas, será permitir el regreso de aportantes al sistema público. Cerca de Lavagna sostienen que éste será uno de los pasos inmediatos del futuro gobierno, una decisión que ya provocó furibundas reacciones en el establishment.
u Obras públicas. Hasta ahora han sido el caballito de batalla de la futura administración. En principio, siguiendo el “modelo Santa Cruz”, se piensa en un plan de infraestructura, principalmente viviendas y obras viales. El gran tema es cómo será la financiación en un contexto de austeridad fiscal. Entre las alternativas se habla de un crédito del BID por 1500 millones de dólares, pero también en la creación de fondos fiduciarios de asignación específica conformados por aportes privados. También por el cambio en la regulación de los fondos de las AFJP para poder destinar a la obra pública una porción mayor.
u Desempleo. Se mantendrán los planes asistenciales actualmente en marcha y se confía en la obra pública para superar la coyuntura y en el crecimiento económico para el mediano y el largo plazo.
u Negociaciones con el FMI. Se dará en el marco de mantener el superávit primario, pero se espera una discusión dura en materia de expansión monetaria, tanto para controlar la cotización del dólar, como para aumentar la liquidez de la economía.
u Deuda. Continuará la política llevada adelante por Roberto Lavagna. En el caso de la deuda con acreedores privados: renegociación con un mix de quita y plazos más largos. Como ya adelantó el ministro, es posible que se cuestione en foros internacionales el carácter de acreedores privilegiados de los organismos multilaterales de crédito.
u Tarifas. La idea es otorgar ajustes de entre un 8 y un 12 por ciento, nivel que no es aceptado por las empresas. De todas maneras, se negociarásector por sector, aunque en Economía consideran “injustificados y sin sustento” los niveles de ajuste reclamados por las privatizadas.