Miércoles, 21 de noviembre de 2012 | Hoy
EL PAíS › HUBO PIQUETES Y TAMBIéN ATAQUES A BARES PORTEñOS
Los principales accesos a Buenos Aires fueron cortados a la hora de ir a trabajar. Varios cafés de la Avenida de Mayo, entre ellos el Tortoni, fueron blanco de patotas.
Los piquetes y bloqueos a las vías de los ferrocarriles se instalaron desde las seis de la mañana en los principales accesos a la ciudad de Buenos Aires y fueron claves para el paro. En los cortes, junto a los gremios de la CTA de Pablo Micheli tuvieron protagonismo los partidos de izquierda y las organizaciones sociales no kirchneristas, que además hicieron piquetes en el conurbano y en ciudades como La Plata y Rosario. Sostenidos hasta el mediodía, los bloqueos se concentraron en la franja horaria de la ida al trabajo, durante la cual también hubo aprietes a los bares del centro porteño para que cerraran sus puertas. Quedaron bajo sospecha los gastronómicos de Luis Barrionuevo, titular de la CGT Azul y Blanca, que convocó al paro con la CGT moyanista y la CTA de Micheli.
El corte del Puente Pueyrredón –emblemático de las protestas sociales de principios del 2000– fue el más importante. En ese acceso, uno de los primeros accesos en ser bloqueado, el tránsito estuvo interrumpido en las dos direcciones durante casi siete horas.
Micheli eligió ese lugar para hacer su acto acompañado por integrantes de la conducción de su CTA y para reclamar públicamente una mesa de negociaciones al gobierno nacional. “La Presidenta debe convocar a los que pensamos distinto para empezar a resolver los problemas”, planteó. También eligieron el Puente Pueyrredón dirigentes de la izquierda como Néstor Pitrola, del Partido Obrero.
El frente de sindicatos, partidos y organizaciones sociales que concretaron la “unidad en la acción” con los piquetes reunió a la ya mencionada Central que lidera la Asociación de Trabajadores del Estado con el Partido Socialista de los Trabajadores (PTS), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie, el Frente Darío Santillán y algunos grupos del MIJD de Raúl Castells. Otros piquetes estuvieron a cargo de comisiones internas conducidas por la izquierda, como la de los trabajadores de la empresa Kraft, que cortó el tránsito en la Panamericana a la altura de Pacheco (en el cruce de esa autopista y Henry Ford). En los peajes, el sindicato que encabeza Facundo Moyano adhirió a la huelga levantando las barreras.
En general, volvieron a ser cortados todos los puntos que fueron lugares de corte de las organizaciones de desocupados durante la década pasada. La autopista Riccheri a la altura del Puente 12, la General Paz en el cruce de Constituyentes estuvieron entre ellos, y en La Matanza la CCC de Juan Carlos Alderete hizo su piquete más numeroso sobre la ruta 3. Las agrupaciones universitarias de la izquierda fueron muy visibles en los cortes que se hicieron en el centro porteño, como el de Corrientes y Callao.
De los ferrocarriles, el único que funcionó fue el Belgrano Norte. Aunque La Fraternidad y la Unión Ferroviaria no adhirieron al paro, sí lo hicieron los señaleros y además hubo movimientos sociales que cortaron las vías. Por esto, ante el riesgo de accidentes, las empresas concesionarias optaron por suspender todos sus servicios, por una cuestión de seguridad.
Además de los piquetes, hubo una serie de aprietes realizados por grupos que salieron también a la mañana a marcar el clima del día, con ataques a colectivos (porque el sindicato del sector, la UTA, no adhirió a la huelga) y a bares del centro porteño.
En la Avenida de Mayo, los cafés fueron recorridos por patotas que intentaron que los empleados cerraran sus puertas. El Café Tortoni fue uno de los blancos: un grupo que se sospecha ligado al sindicato de gastronómicos de Barrionuevo rompió las vidrieras a palazos, dio vuelta las mesas y amenazó a los mozos para que se plegaran al paro. Otro de los bares atacados fue Goya, en la esquina de Tacuarí, donde unas veinte personas entraron y amedrentaron a los trabajadores para que cerraran. Otros dos cafés de Avenida de Mayo al 600, La Junta y La Nueva Embajada, sufrieron asimismo hechos de vandalismo.
También los colectiveros denunciaron ataques con piedras y automovilistas que manejaron por la avenida Córdoba relataron que pincharon sus cubiertas con clavos Miguelito.
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