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El gobierno nacional salió en pleno a criticar las medidas de fuerza adoptadas ayer por la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli. Tanto el vicepresidente, Amado Boudou, como el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, rechazaron los cortes y piquetes, diferenciándolos del derecho a huelga. “Nunca en la historia argentina hubo un paro general con bloqueos. El bloqueo, el piquete, es la negación del paro, es coartar la libertad de los argentinos que libremente quieren ir a trabajar”, señaló Randazzo, quien habló de una “metodología de extorsión”. Abal Medina calificó la medida como un “reclamo político” organizado por “un grupito de dirigentes” para “quedar bien” con el Grupo Clarín. “No se puede hablar de paro ni de huelga porque lo que hubo son piquetes. Es un gran piquetazo nacional”, sentenció el jefe de Gabinete. En la misma línea se manifestaron gobernadores como el entrerriano Sergio Urribarri, legisladores como Aníbal Fernández y dirigentes como Luis D’Elía.

Al igual que el lunes, el Gobierno decidió no pasar por alto y salir a responder las críticas de los dirigentes sindicales, así como la decisión de realizar el primer paro general de la etapa kirchnerista. “Es el primer paro en los últimos diez años. Pensemos cómo era el país hace diez años y cómo es hoy. Pensemos si este paro hoy tiene sentido”, advirtió Randazzo.

El ministro condenó los destrozos cometidos por algunos grupos que apedrearon algunos micros y rompieron las instalaciones del Café Tortoni. “Esta metodología es lamentable”, dijo por la mañana y apeló “al sentido de la racionalidad, pero no de estos dirigentes como Moyano, Micheli, Buzzi, que ya demostraron que no la tienen, sino de los trabajadores que acompañan este proceso que vive la Argentina”.

A través de la red social Twitter, Boudou sostuvo que si bien los paros constituyen un derecho constitucional, es “muy distinto el tema de los piquetes y cortes”. “En un mundo tan complejo como éste, que haya dirigentes sindicales que salgan a hacer medidas tan desproporcionadas reclamando temas como el Impuesto a las Ganancias es una novedad a nivel mundial”, agregó Abal Medina.

El ministro Tomada sostuvo que la metodología del piquete indica el “grado de debilidad” de los convocantes. “La totalidad de los trabajadores representados, si hubieran parados absolutamente todos, no representa más del 25 por ciento, porque sumados Micheli y Moyano, ambos no representan a más del 25 por ciento de los trabajadores”, señaló Tomada y remarcó el “cambio de vereda” por parte de Moyano. Quien cargó especialmente contra el líder camionero fue Urribarri. Lo llamó “chirolita al servicio de Clarín y la Sociedad Rural” y lo desafió a presentarse como candidato. Aníbal Fernández lo rebautizó “Augusto Timoteo Moyano, traidor e inigualable alcahuete de Magnetto”. “Los piquetes servían cuando había ocho millones de desocupados y 185 mil fábricas cerradas. Hoy hacer piquetes es ser forro del poder”, arremetió D’Elía.