Dirigentes de la oposición salieron ayer, por distintos motivos, a criticar a Cristina Kirchner por su carta de respuesta al actor Ricardo Darín. El senador radical Ernesto Sanz sostuvo que la reacción de la Presidenta forma parte de una estrategia de “instalar temas de debate que no son sustanciales” con “una intención deliberada de ocultar debajo de la alfombra” problemas “muy severos de gestión” del Gobierno. El senador por Mendoza dijo que en sí mismas “no” le parecen “mal ni una cosa ni la otra”, en relación con los dichos de Darín y la posición de CFK al respecto, pero estimó que “hay una intencionalidad de la Presidenta últimamente de instalar temas de debate que no son sustanciales en la Argentina”.

Por su parte, el diputado Ricardo Alfonsín exhortó a Cristina Kirchner a que “deje de apelar al atril y los tweets” y “permita que se pongan en marcha las instancias institucionales de control” de la Justicia que, dijo, “podrían ser muy eficientes si el oficialismo facilita su adecuado funcionamiento”. Sobre las especulaciones de la Presidenta acerca de la toma de decisiones de los magistrados, el ex candidato presidencial dijo esperar “las pruebas de sus dichos, que las exhiba y así contará con nuestro apoyo. El radicalismo será el primero en acompañarla”.

En tanto, el también diputado radical Manuel Garrido evaluó como una “desmesura total” la carta de la Presidenta a Darín, y lamentó que no haya habido “un solo párrafo donde explique su incremento patrimonial”. El diputado opinó que el texto “muestra un problema que tiene que ver con la moderación en el ejercicio del poder”. Garrido advirtió que “para la Presidenta, la Justicia funciona según si falla a favor o en contra: hay jueces buenos que fallan a favor y malos que fallan en contra”. Y opinó que las investigaciones sobre el patrimonio de los Kirchner que derivaron en sobreseimientos fueron “poco serias” y “superficiales”.