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Antes de iniciar el debate sobre el acuerdo con Irán por la causa AMIA, el Senado realizó un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de la tragedia de Once, ocurrida hace un año. Inmediatamente, desde la UCR se propuso el tratamiento conjunto de dos proyectos, uno de homenaje a las 51 víctimas y otro citando al Congreso al ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y al secretario de Transporte, Alejandro Ramos. “Es necesaria la presencia del ministro Randazzo para conocer medidas y recursos que supuestamente se invierten en un sistema de transporte que está cada vez peor”, sostuvo el jujeño Gerardo Morales. Desde el bloque oficialista, el jefe de la bancada Miguel Pichetto acompañó el “sentir del homenaje” pero sostuvo que el pedido radical es “improcedente” y que el kirchnerismo está dispuesto a debatir el tema a partir del 1º de marzo, cuando se inicien las sesiones ordinarias.

Sobre el final de la sesión y ante la versión de que el oficialismo se había negado a hacer un homenaje a las víctimas, Pichetto aclaró que se había hecho el minuto de silencio y revirtió su posición: avisó que su bloque acompañaría el primero de los proyectos presentados por la UCR, que en su parte resolutiva menciona una por una a las 51 personas “que perdieron la vida cuando viajaban en la formación del ramal Sarmiento que colisionó al llegar a la estación de Once” el año pasado.

“Nuestro bloque comparte el deseo de verdad y justicia. Comparte la necesidad de esclarecer hechos que tengan que ver con la mala administración, responsabilidad de funcionarios, actos de corrupción. Pero no vamos a romper las formas ni las reglas”, aseguró Pichetto, quien calificó de “oportunista” al nuevo titular del bloque radical, José Cano, ya que según el reglamento del Senado las sesiones extraordinarias son convocadas por el Ejecutivo con un temario específico y exclusivo.

Cano le replicó que le parecía “lamentable” que asociara el cambio de autoridades de bloque con “un hecho que no lo inventó la UCR, que existe y causó tragedias a muchas familias argentinas y donde sin ningún lugar a dudas el oficialismo tiene una enorme responsabilidad”. Furioso, Pichetto le recriminó a Amado Boudou que le diera la palabra al senador radical, cuando el último en hacer uso de la palabra debe ser el titular de la bancada mayoritaria. “No se le puede dar la palabra”, gritó Pichetto fuera de micrófono. “Sí, se puede”, le respondía Boudou, hasta que remató: “Ah, ¿no? Mire cómo se puede”, concluyó el presidente del Senado, que para luego calmar las aguas le preguntó a Pichetto si quería agregar algo.

Casi ocho horas más tarde y ante versiones que indicaban una negativa del oficialismo a rendir homenaje a las víctimas, Pichetto anunció la marcha atrás en el caso del primer proyecto presentado por Cano y Morales, que contaba también con el apoyo del peronismo disidente y del Frente Amplio Progresista.