Los delegados de los gremios ferroviarios reaccionaron duramente ante las palabras del ministro Florencio Randazzo. El representante de La Fraternidad, Omar Maturano, aseguró que fue un intento de “criminalizar” a los trabajadores, mientras que el dirigente de la Unión Ferroviaria, Rubén “Pollo” Sobrero señaló que “con mala intención, Randazzo usa un hecho puntual para ensuciarnos a todos”. Los dirigentes también cuestionaron la difusión de los rostros de los motormen que fueron registrados leyendo y durmiendo mientras el tren circulaba, aunque, en el caso del primero, Horacio Caminos, de La Fraternidad, aseguró a este diario que leía “el reglamento técnico interno operativo” que distribuye la empresa. Respecto de los anuncios sobre nuevos controles sobre los conductores, los gremialistas coincidieron en señalar que se trata de disposiciones requeridas “por los propios trabajadores” y, en algunos casos, indicadas por la ley pero que no se cumplen.

El secretario general del gremio de conductores de trenes La Fraternidad, Omar Maturano, dijo que el objetivo de las medidas del Gobierno en política ferroviaria “no es prevenir, sino que se está buscando el accidente”. “Es necesario un sistema de monitoreo constante de los trenes que están circulando y si se verificó que un trabajador pasó 15 pasos a nivel dormido habría que haber detenido la formación y relevarlo de inmediato”. En diálogo con Página/12, el vocero de la entidad, Horacio Caminos, aseguró que el gremio no se opone a las cámaras dentro de las cabinas, sino a la falta de monitoreo “desde un control centralizado” al que las cámaras transmitan en forma directa lo que captan. “Así como están, no previenen sino que sirven para mostrar después. Es para generar un efecto mediático. Además, es repudiable tapar la cara a la gente que trabaja bien y descubrir a la que trabaja mal. Nosotros también pedimos cámaras en control de trenes, que es la oficina que da la orden de partida a las formaciones, en las guardias de seguridad y en donde están los señaleros, que te indican el circulando o hacen rutas”.

Por otra parte, en un comunicado dado a conocer a última hora de ayer, La Fraternidad aseguró que las medidas anunciadas ayer por el ministro Randazzo, en relación a controles sobre los trabajadores “son solicitudes de La Fraternidad y fueron desatendidas por el Estado nacional y las empresas”, por lo que “hacerlas aparecer como iniciativas del ministro resulta al menos irrespetuoso”. La entidad también acusó al ministro de tener interés en “desviar la verdadera causa del accidente de Castelar, que a nuestro juicio responde a una irresponsabilidad manifiesta del ministerio de seguir reparando las formaciones ferroviarias con las mismas empresas que han generado la profunda crisis en el sector”.

“Randazzo es un mediático que quiere vender humo. En Capital Federal y Gran Buenos Aires hay 2600 compañeros conductores. De todos esos, hay tres tipos trabajando mal. ¿No es tendencioso mostrar 3 mal cuando hay miles trabajando bien? Me parece que nos quieren satanizar”, dijo Caminos a este diario.

El delegado de la Unión Ferroviaria, Rubén “Pollo” Sobrero, dijo a Página/12 que el motorman que se durmió mientras conducía una formación “flaco favor nos está haciendo a los trabajadores del tren, y es muy poco profesional, pero Randazzo con mala intención lo usa para ensuciarnos a todos”. “Vamos a ser duros y plantear las cosas como son, porque casos puntuales no pueden ser excusa para que todos los trabajadores seamos culpables, no es verdad lo que plantea acerca de que los trenes andan mal por culpa de los trabajadores.”

En cuanto a las medidas anunciadas por Randazzo sobre más controles a los trabajadores, Sobrero aseguró que “es ley, lo veníamos reclamando para que se cumpliera y durante años no nos dieron bolilla”. “Una vez al año tenemos que hacer el psicofísico pero, por ejemplo, en Ferrobaires hay dos motormen con 65 años, es decir que ya están pasados, y tienen problemas. Tienen hasta los carnets vencidos, pero no han podido renovarlos porque Ferrobaires no les da los médicos laborales. Algo que es obligación de ellos, ahora dicen ‘los vamos controlar’”.