Jueves, 22 de agosto de 2013 | Hoy
EL PAíS › ADJUDICACIóN DE LA CONSTRUCCIóN DE LAS REPRESAS NéSTOR KIRCHNER Y JORGE CEPERNIC
El consorcio formado por Electroingeniería, la china Gezhouba e Hidrocuyo se quedó con la licitación para construir las dos hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz. En conjunto aportarán el 4,7 por ciento de la electricidad del país.
Por Fernando Krakowiak
Desde Santa Cruz
“Esta obra nos ayudará a apuntalar un proceso de crecimiento económico que ya lleva diez años y cada vez demanda más energía”, aseguró ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al oficializar la adjudicación de la licitación para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic sobre el río Santa Cruz. El ganador fue el consorcio formado por Electroingeniería, la firma china Gezhouba e Hidrocuyo, en una decisión que generó polémica. Las obras demandarán un desembolso de 22.925 millones de pesos, con impuestos incluidos, y serán financiadas por dos bancos estatales chinos. La construcción durará cinco años y medio y el Estado recién comenzará a pagar una vez que las centrales estén en funcionamiento. Ambas represas sumarán una potencia de 1740 megavatios y generarán 5246 gigavatios hora al año, el 4,7 por ciento de la electricidad que se consume en el país.
Estas represas se ubicarán terceras en potencia entre los aprovechamientos hidroeléctricos existentes, detrás de Yacyretá (3200 MW) y Salto Grande (1890 MW), aunque a diferencia de esas obras, serán íntegramente nacionales. En el Gobierno afirman que permitirán sustituir importaciones de combustibles por 1100 millones de dólares anuales. Por lo tanto, sólo con ese ahorro se podrían repagar las obras en menos de cuatro años. Otra de las ventajas es que ayudarán a diversificar la matriz energética, hoy dependiente casi en un 70 por ciento de los combustibles fósiles. Además, la energía hidroeléctrica es una fuente renovable que no genera emisiones de dióxido de carbono, lo que colabora para reducir el efecto invernadero.
El Ministerio de Planificación destacó que la construcción demandará 5000 empleos directos y más de 15 mil indirectos, dándoles participación a pymes y cooperativas argentinas. A su vez, fuentes cercanas al ministro Julio De Vido destacaron a este diario que esta obra ayudará al país a adquirir mayores capacidades científicas y tecnológicas. Así como la construcción de Atucha II revitalizó al sector nuclear, la apuesta es que las represas permitan recuperar la capacidad nacional de diseño de hidroeléctricas.
El proyecto para aprovechar el potencial hidroeléctrico del río Santa Cruz, que atraviesa la provincia desde el Lago Argentino en la zona cordillerana hasta el océano Atlántico, fue elaborado en la década del ’70 por la ex empresa estatal Agua y Energía, pero en ese momento la Patagonia estaba al margen del Sistema Argentino de Interconexión (SADI) y la iniciativa no prosperó. “Teníamos este río, pero no teníamos la línea de alta tensión que nos conectará”, recordó ayer la Presidenta. El plan recién se reactivó a mediados de la década pasada, cuando el gobierno de Néstor Kirchner avanzó con las obras para integrar el sistema eléctrico de las provincias del sur al resto del país. Así fue como en 2006 se inauguró la línea de transmisión Choele-Choel - Puerto Madryn y en 2008 la línea Puerto Madryn - Pico Truncado.
Con el respaldo que brindaron esas obras, a la que recientemente se sumó la línea de alta tensión Pico Truncado - Esperanza, el 20 de julio de 2007 el ex presidente Néstor Kirchner abrió la licitación para la construcción de las represas, por entonces denominadas Condor Cliff y La Barrancosa, durante un acto en Puerto Santa Cruz. En abril de 2008 se recibieron las ofertas y el 10 de octubre de ese año se realizó la apertura de sobres ya durante la presidencia de Cristina Kirchner. Sin embargo, por esos días la crisis internacional ya había estallado con toda su fuerza y el proceso licitatorio fracasó por falta de financiamiento.
Cuando la situación financiera se estabilizó un poco, el Gobierno abrió una segunda licitación. El 19 de febrero de 2010, tres grupos presentaron sus ofertas y el 11 de agosto de ese año se adjudicaron las obras al consorcio integrado por la brasileña Camargo Correa y las argentinas Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) y Corporación América. Pero este consorcio no logró reunir el financiamiento y luego de dos años sin avances, ambas partes firmaron un convenio de mutuo acuerdo que dejó sin efecto lo actuado.
El Gobierno lanzó entonces una tercera licitación, el 21 de agosto del año pasado, que incluyó una gira por Brasil, Rusia y China durante octubre para buscar empresas interesadas en participar del proyecto y aportar financiamiento. En esta nueva etapa, la represa Barrancosa pasó a llamarse Néstor Kirchner y Condor Cliff fue bautizada Jorge Cepernic, en homenaje a un ex gobernador santacruceño derrocado por la derecha peronista el 7 de octubre de 1974, quien falleció el 18 de julio de 2010. El proyecto prevé que la represa Kirchner aporte 1140 megavatios con seis turbinas y Cepernic los otros 600 megavatios con otras cinco máquinas.
El 9 de enero de este año, cinco consorcios presentaron ofertas y el 11 de junio se dieron a conocer. La Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada por Electroingeniería, Gezhouba e Hidrocuyo ofertó 22.948 millones de pesos para costear el proyecto, aunque incluyó una carta de descuento de 17,4 por ciento, que la llevó a un valor global final de 18.947 millones. Austral Construcciones (Lázaro Báez), la china Sinohydro, Iecsa, Chediak y Esuco pidieron 20.480 millones de pesos; Helport (Eurnekian), Panedile, Isolux, Eleprint e Hidroeléctrica Ameghino cotizaron 21.818 millones de pesos y Pescarmona, Odebrecht y Alstom, 23.993 millones. Además, el Gobierno informó que la propuesta de Comercial del Plata Constructora (Cristóbal López) y la coreana Hyundai había sido descalificada por no incluir financiamiento firme.
El financiamiento resultó clave en la evaluación y también jugó a favor de la UTE encabezada por Electroingeniería, porque este consorcio ofreció financiar el 121 por ciento del proyecto, ya que incluyó hasta el IVA. Finalmente, el 29 de julio el Gobierno publicó el orden de prelación. Electroingeniería quedó primera, en segundo lugar se ubicó el consorcio de Eurnekian y tercero el de Lázaro Báez. En cambio, la UTE de Pescarmona fue descalificada por supuestos problemas con la carta de financiamiento. La empresa cuestionó la decisión e incluso amenazó con impugnar argumentando que la carta de descuento de Electroingeniería no se ajustó al pliego de la licitación, pero finalmente no lo hizo.
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