EL PAíS
Un par de intimidaciones
“Tené cuidado con lo que dictaminás”, le dijo una voz anónima del otro lado de la línea al fiscal federal Guillermo Marijuán, quien en ese momento estaba estudiando los pedidos de algunos represores procesados por el juez español Baltasar Garzón para quedar en libertad. Poco después Marijuán entregó al juez federal Rodolfo Canicoba Corral su escrito en el que rechazaba las solicitudes de los militares. No fue la única llamada intimidatoria, o al menos extraña, que se recibió ayer en Comodoro Py. Por la mañana el secretario de Canicoba Corral atendió a un hombre que dijo ser el jefe del Despliegue Rápido de Campo de Mayo. El hombre aseguró estar preocupado por el destino de Arturo Félix González Naya. En ese momento se creía que el teniente coronel Jorge Arias Duval, que había sido detenido también ayer por el juez Claudio Bonadío, era en realidad González Naya. Desde el juzgado se chequeó la llamada con el Ejército, donde desmintieron que fuese una comunicación oficial o con relación con la Fuerza.