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–¿Cómo se lleva con Solá?
–Bien. Soy un enamorado de Solá (se ríe).
–¿Tanto como para sugerirle algunos nombres para su nuevo gabinete?
–Si me pide consejos se los doy.
–Si le dice “tengo alguien vinculado a Chiche Duhalde para Acción Social”.
–Le digo: “metele para adelante”, sin dudas.
–Cuando Solá dijo que la lista bonaerense era un “unicato que armó Duhalde”, un “combo” que tuvo que aceptar ¿cómo le cayó?
–La lista se llama “Duhalde conducción”. El no fue por otra lista.
–¿Solá hubiese sido gobernador sin usted?
–Ni se hubiese presentado.
–Hay duhaldistas que dicen que Solá ve muchos fantasmas.
–Sí, tiene un problema: no se da cuenta de su importancia. Yo vivo diciéndole “sos el segundo hombre de importancia en el país, tenés que actuar en consecuencia”.
–Pero no digirió la inclusión de Ruckauf en la lista de diputados.
–Yo lo vi cuando le preguntaron sobre la lista y él dijo: “la voy a votar”. Y cuando le repreguntan aclaró que “si hay corte la que corta es la gente”. Pero para los medios él dijo que había que cortar y no fue así.
–Pero se diferenció permanentemente de Ruckauf.
–Ruckauf no huyó de la gobernación. Renunció para acompañarme porque ningún gobernador se animaba a hacerlo. Tuvo una actitud valiente.
–Solá dijo que al no presentar su candidatura a presidente evitó que el ballottage fuera entre López Murphy y Menem.
–Yo no le ofrecí la presidencia. Y cuando Eduardo Amadeo lo sugirió se enojó mucho. Creyó que era para sacarlo de la provincia. Y no era así.