EL PAíS
Hablemos de Capital
–¿Por qué no blanqueó su apoyo a Ibarra?
–Dije que votaba por Kirchner. Pero no creí que Macri fuera Menem.
–¿Macri no hizo llamativos negocios durante los ’90?
–Sí. Pero el empresario que da trabajo a 15 mil personas... En todo caso es el Estado el que no debe permitir esas cosas. No estoy de acuerdo con una sanción mediática, sin que el Estado compruebe irregularidades.
–La deuda del Correo, de 400 millones, no es un invento mediático.
–A mí una vez me vinieron a plantear que nos quedáramos con el Correo nuevo. Y ahí me di cuenta de que es tremenda la estructura del Correo. Ahora, si el negocio es ilegal o incorrecto, Macri tendrá que ir preso.
–Eduardo Camaño festejó el triunfo de Macri en la primera vuelta porque permitió el ingreso de diputados del PJ como Argüello...
–...estoy totalmente de acuerdo con Camaño. Y se lo dije a Kirchner en su momento. Ahora, en la segunda vuelta no me metí. Hubiese sido inmoral. Pero sí es verdad que pienso que los que han ido con Ibarra, en el primer barquinazo van a estar armando un nuevo “grupo de los ocho”. Los que apoyan al Presidente son los del PJ, los demás nunca se sabe.
–No pretenderá que Lozano o Bonasso hagan obediencia debida.
–Es muy fácil ser opositor. Tiene brillo. Pero a veces hay que tomar medidas que no son simpáticas y hay que bancarlas. Hay legisladores estúpidos que quieren pelearse por pelearse con los Estados Unidos. Lo serio es hacerse respetar, tener dignidad, no aceptar imposiciones.
–¿Alberto Fernández es candidato para suceder a Ibarra?
–El jefe de Gabinete presidió la fundación que nos juntaba fondos para la campaña en el ’99. Soy muy amigo de él. Y con el resultado de las elecciones aparecen tres candidatos fuertes: Scioli, Fernández y Telerman.
–Hablando de Scioli, ¿le parece que Kirchner se vio sorprendido con su manera de actuar?
–Scioli siempre fue así. Kirchner simplemente le quiso marcar la cancha. Y, evidentemente, se la marcó ¿no? (se ríe fuerte).