EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER MANTUVO UN EXTENSO ENCUENTRO CON DILMA ROUSSEFF

“Aquí tendrás a una amiga”

Luego de la cumbre, la Presidenta se trasladó con su comitiva al Palacio de la Alborada, donde mantuvo una larga reunión bilateral con la anfitriona. Fue el cierre de un día donde intercambiaron varias señales de sintonía.

 Por Victoria Ginzberg

Desde Brasilia

La 48ª Cumbre del Mercosur empezó a las diez de la mañana, a medida que los presidentes iban entrando al Palacio de Itamaraty. El primero fue el venezolano, Nicolás Maduro, que sonrió a los periodistas y levantó el puño. La anfitriona, Dilma Rousseff, no pudo recibirlo porque estaba reunida con el presidente de Guayana, David Granger, pero llegó poco después a la puerta, justo para saludar al boliviano Evo Morales. Luego fue el turno del uruguayo Tabaré Vázquez y del paraguayo, Horacio Cartes. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner caminó por la explanada, donde se había ubicado la guardia presidencial y, apenas cruzó la entrada, ella y la presidenta brasileña se dieron un afectuoso abrazo. Fue el inicio de un día que tendría una serie de gestos de cariño entre ambas mandatarias y que terminó con una larga reunión bilateral en la residencia de la Alborada.

Durante su discurso y antes de darle la bienvenida a Bolivia al bloque, Dilma mencionó que en Argentina hay elecciones en octubre, lo que significaba que esta podía ser la última cumbre de Cristina Kirchner en calidad de primera mandataria. “En estos ocho años –afirmó– hemos sido testigos de cómo mi querida amiga y presidenta ha conducido de manera firme y democrática su país, hemos visto la fuerza con la que ha asumido la causa de la integración sudamericana desde el punto de vista personal y político”. Luego la miró y le dijo, emocionada: “Me gustaría decirte, Cristina, que aquí tendrás una amiga siempre lista para recibirte y para juntas compartir nuestros sueños y esperanzas”. CFK agradeció, también emocionada. Los otros presidentes se pusieron de pie y aplaudieron.

CFK correspondió a Dilma sus muestras de cariño, pero dijo que no creía que esta fuera su última cumbre. En principio, los presidentes acordaron ayer realizar un encuentro extraordinario en agosto en Asunción (junto con uno de la Unasur) para tratar el conflicto entre Venezuela y Guyana. Pero además, el encuentro semestral del Mercosur, que debe organizar Paraguay, que ahora tiene la presidencia pro témpore, será en diciembre a fecha a confirmar, es decir que CFK todavía podría estar en ejercicio.

Durante el almuerzo de los presidentes del bloque, Dilma sorprendió a su compañera con un regalo, un enorme collar dorado con estrellas blancas y ramas verdes. En realidad, se trataba de la Orden Nacional de la Cruz del Sur, la principal condecoración que entregan los jefes de Estado de Brasil a altas personalidades extranjeras. Este reconocimiento fue creado por el emperador Don Pedro I en 1822 y reinstaurado por el presidente Getúlio Vargas, en 1932. Ernesto “Che” Guevara, el astronauta ruso Yuri Gagarin, el presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower y la reina Isabel II de Inglaterra fueron algunos otros personajes internacionales en recibirlo. La condecoración se instrumenta por decreto presidencial y tiene distintos grados. El más alto es el “gran collar”, que está destinado exclusivamente a Jefes de Estado. Además, tiene un broche con un fondo de rayos en metal dorado y sobre ellos, una estrella de puntas dentadas.

Luego del almuerzo, CFK se trasladó al Palacio de la Alborada, la residencia oficial del presidente de Brasil. Las presidentas estuvieron más de una hora conversando en soledad y luego ampliaron la reunión a algunos colaboradores. Por el lado argentino participaron el ministro de Economía, Axel Kicillof, el vicecanciller Eduardo Zuain, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Carlos Bianco, el embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro. Se supo poco y nada de lo que ocurrió durante ese tiempo dentro de esa gran caja de vidrio con columnas externas que lleva el sello indiscutido del arquitecto Oscar Niemeyer. Los periodistas argentinos y brasileños que esperaron en el lugar sólo consiguieron ver algunos emús que corrían por el parque. Al terminar el encuentro, la Presidenta y la comitiva se fueron al aeropuerto para iniciar el viaje de regreso.

Desde la Cancillería brasileña se informó que ambas presidentas pasarían revista a los temas “de la amplia agenda bilateral y tratarían asuntos regionales e internacionales”. Entre otros temas seguro estaría el acuerdo que se negocia entre el Mercosur y la Unión Europea.

De todas formas, la reunión en sí misma ya fue otra señal que de la buena relación que mantienen las mandatarias. Dilma estuvo un rato más que largo con CFK en un día complicado para su gobierno, ya que ayer mismo el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, anunció su ruptura con el gobierno. Cunha está siendo investigado por el escándalo de Petrobras, es dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) –que ahora podría salir de la coalición de gobierno– y sugirió que podría iniciar un juicio político a la presidenta brasileña. Similares insinuaciones vienen haciendo desde hace un tiempo dirigentes de la oposición. “No caeré, no esperan que me ponga nerviosa, no me atemorizan”, dijo Dilma recientemente. Por eso, y aunque por el momento en Brasil sólo parece haber amenazas, no pasó desapercibida la mención que CFK hizo durante su discurso a la cláusula que existe en Unasur y Mercosur, que implica que no pueden ser parte de los bloques los estados cuyos gobiernos no fueron electos democráticamente.

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Dilma Rousseff entregó ayer a Cristina Kirchner la Orden Nacional de la Cruz del Sur.
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