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Las normas de seguridad para la circulación dentro del edificio de Comodoro Py 2002 son estrictas desde que comenzó el juicio por el ataque contra la AMIA. Y ayer lo pudo comprobar el Procurador General Nicolás Becerra, que por segunda vez acudió al proceso, esta vez para escuchar el alegato de los fiscales. “¿Becerra con ‘s’ o con ‘c’?”, preguntó el policía instalado en el ingreso. “Lo lamento, no está acreditado, no puede entrar”, concluyó. Becerra explicó quién era, pero no pudo probarlo porque no tenía su documento de identidad. En ese momento pasaron los protagonistas de la jornada, que ya son caras conocidas para el uniformado, y dieron fe de que se trataba de su jefe. Sólo entonces el Procurador pudo ingresar para escuchar las palabras de Eamon Mullen y de José Barbaccia, quien hacia el final de la audiencia explicó cómo llegó el motor de la Trafic a manos del reducidor de autos Carlos Telleldín, y se explayó sobre la situación legal del principal acusado. El alegato de la fiscalía continuará con la exposición del resto de los integrantes del Ministerio Público, además de Barbaccia, Miguel Angel Romero y Alberto Nisman, y culminará el jueves con el pedido de prisión perpetua para Telleldín y los cuatro policías bonaerenses.