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Jorge Remes Lenicov fue a pedirle anoche a Eduardo Duhalde un fuerte gesto de apoyo a su gestión. El ministro de Economía sostiene que la disparada del dólar obedece en gran medida a un problema político. “Duhalde tiene que optar entre los que queremos llegar a un acuerdo con el Fondo y los que quieren cerrar la economía y vivir con lo nuestro”, comentó a Página/12 un miembro del equipo económico. El segundo grupo lo integran, según dijo, “los amigos bonaerenses” del Presidente, encabezados por el diputado José María Díaz Bancalari. Esa línea argumental, que deja a Remes a salvo de cualquier crítica por la suba del dólar, afirma que las señales contradictorias que emite el peronismo generan un clima de incertidumbre que se refleja en el mercado cambiario. Por tanto, el jefe de Hacienda le reclamó a Duhalde que defina con urgencia una línea de acción y la siga a rajatabla.
La reunión tuvo lugar en la Quinta de Olivos, adonde Remes se dirigió sobre el final de la tarde, tras haber estado reunido tres horas con su equipo. Lo primero que le comunicó al Presidente fue su charla telefónica con “altos funcionarios del FMI”. El organismo de crédito “nos transmitió su apoyo por las medidas que tomamos para frenar el aumento del dólar”, señaló uno de los colaboradores del ministro. Remes Lenicov dice sentirse tranquilo con su estrategia y atribuye la escalada de la moneda estadounidense a una serie de factores modificables. El primero de ellos es político y tiene que ver con “la falta de liderazgo de Duhalde para disciplinar a la tropa”.
El discurso se parece mucho al que se escuchaba cerca de José Luis Machinea en su última etapa como ministro de Fernando de la Rúa. En ambos casos, los desarreglos económicos se explicarían por la falta de decisión política del titular del Ejecutivo para tomar medidas duras que reclama el FMI. Tanto Machinea antes como Remes ahora diluyen su responsabilidad frente a la crisis. “Nuestros cálculos indican que el dólar no debería estar más arriba de 2,20 ó 2,30 pesos”, comentaron en Economía. “Pero el gobierno tiene que demostrar coherencia”, añadieron. “No puede ser que nosotros negociemos con la Corte Suprema para cerrar el corralito y por otro lado (Sergio) Acevedo apure el juicio político, o que se disponga la indexación por el CER y (José Luis) Gioja apure un proyecto con otro esquema de indexación”, ejemplificaron, apuntando a dos instancias legislativas en las que el peronismo contradice a Economía.
Ese fue el planteo que Remes le llevó a Duhalde. Más duros, en Hacienda se quejan de que “Menem pegaba cuatro gritos y el peronismo se disciplinaba, pero ahora falta esa conducción”. Otro de los blancos predilectos del equipo económico es el presidente del Banco Central, Mario Blejer, a quien acusan de “incapaz” para conducir la entidad. “Está visto que todos los pergaminos que trajo de Washington sirven de muy poco”, protestó el hombre de Remes en diálogo con este diario. Le reprochan su política de intervención en el mercado de cambios y su falta de habilidad para impedir que sean los mismos bancos los que se queden con los dólares que destina el Central para aplacar la suba del dólar.
El alza del tipo de cambio también estaría motivada, de acuerdo con la explicación oficial, por la compra de fuertes cantidades de dólares que hacen grandes compañías. De allí que se haya impedido la adquisición de más de 10.000 dólares por parte de las empresas.
Sin embargo, esa medida por ahora no dio los resultados esperados. Desde el radicalismo, en tanto, le sugirieron ayer a Duhalde que fije retenciones móviles a partir de los 2 pesos para forzar a los exportadores a liquidar divisas. Lo cierto es que por ahora el gobierno no encuentra la vuelta y el FMI sigue ayudando a todos menos a Argentina. El organismo otorgó un nuevo préstamo de 5000 millones de dólares a Brasil y otro de 740 millones a Uruguay, en ambos casos, para establecer un “cordón sanitario” que ponga a resguardo la región de las desventuras argentinas.