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Habilidosa para neutralizar polémicas

A Elena Highton de Nolasco le gusta vestirse toda de azul oscuro. Eso la pinta: una mujer de bajo perfil, sin estridencias, estudiosa, huidiza al momento de dar opiniones y hábil para neutralizar polémicas. Tal vez esto explique también que esta jurista experta en Derecho Civil haya sido pionera en desarrollar la mediación como técnica de resolución de conflictos en la Justicia argentina. Entre sus colegas es considerada como una exponente de la corporación judicial.
A los 61 años, Highton deja el cargo de camarista para desembarcar en la Corte Suprema con 30 libros escritos y una prolífica carrera judicial. Se graduó como abogada con diploma de honor en la UBA en 1966 y logró entrar al Poder Judicial con una ayudita del escritor Arturo Jauretche, tío de su marido, el médico Alberto Nolasco, con quien tiene dos hijos y lleva 38 años casada. Aquella recomendación de su tío político fue en 1973, con el gobierno de Héctor Cámpora. Ella asegura que no tuvo ni tiene militancia política. Su primer cargo fue de defensora oficial y en 1979 fue nombrada jueza civil. A la Cámara de ese fuero fue ascendida en 1994.
Nació en Lomas de Zamora, pero ahora vive en un sobrio departamento en Palermo. Integra la Asociación Argentina de Mujeres Jueces, es titular de la cátedra de Derechos Reales (UBA) y estudió en Harvard. Para difundir la mediación, Highton creó junto con Gladys Alvarez la Fundación Libra. Esa especialidad –que generó un gran negocio en materia de capacitación– vinculó a la magistrada durante los últimos quince años al Ministerio de Justicia en la elaboración de proyectos. Con el ex titular de esa cartera Elías Jassan incluso escribió un libro, del que también participó Alvarez.
En el ámbito judicial identifican a Highton con un pensamiento “de centro”. En la Asociación de Magistrados tuvo una extensa trayectoria en la Lista Blanca, que es conservadora. Combina un perfil académico, que incluye cien trabajos de investigación y varias distinciones nacionales e internacionales, con una fuerte fidelidad a la familia judicial. La Asociación por los Derechos Civiles le cuestionó su negativa “a responder sobre cuestiones constitucionales” en la audiencia pública en el Senado “con el argumento de que esto comprometía su actuación futura en la Corte”. “Su posición sobre cuestiones generales no debería ser prejuzgamiento”, señaló la ONG. Quienes la conocen dicen que el estilo de Highton es ese, el de las zonas grises.

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