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Por M. W.

“No hubo animosidad. Se habló bien, civilizadamente, tuvimos diferencias y por eso se termina mi mandato”, concluyó Alfonso Prat Gay ante las pocas personas cercanas a su confianza que comparten su gestión en el Banco Central. Prat Gay, que no ha cumplido 40 años, optó por retirarse sin estrépito, para tomarse “todas las vacaciones que pueda”. Fiel al perfil bajo mediático que cultivó durante su gestión y que fue uno de los secretos para aminorar la bronca mutua que se prodigó con Roberto Lavagna, el banquero central no hizo declaraciones públicas. Pero sí compartió ante pocos oídos fieles algunas reflexiones que Página/12 pudo conocer y pasa a sintetizar:
- “En un año y medio de gestión logré mucho más de lo que hubiera esperado si, cuando me ofrecieron el cargo, hubiera tenido tiempo de pensarlo”.
- “Era esencial institucionalizar el Banco Central, que en 74 años tuvo 35 directores. El fin de mi mandato era un logro en sí mismo”.
- “No tenía tantas diferencias con el Presidente. Tal vez si se hubieran discutido con menos urgencia hasta podrían haberse zanjado. Mi reclamo esencial era contar con un directorio calificado técnicamente y afín a mi pensamiento, con quienes pudiera discutir de política económica. Con el actual eso era imposible. Alberto Fernández me dijo que las designaciones eran buenas técnicamente y que, aun con el directorio que tuve, no encontré escollos para producir mis políticas. Le expliqué que en la primera etapa fundacional todo era más brutal pero a la vez más sencillo. Pero que ahora, construida la institucionalidad del Banco, había que hacer sintonía fina y yo precisaba un directorio que me acompañara y no me obligara a hacer todo contando sólo con Pedro (Lacoste). Ese esquema pudo servir para una emergencia pero no es sustentable en el tiempo”.
Prat Gay seguirá ocupando el cargo hasta el 23 de septiembre, el día en que se conmemoran 31 años de la última elección de Juan Domingo Perón y en el que termina su mandato interino.