EL PAíS
Miscelaneas
- Cuando aterrizó en el aeropuerto de San José, Kirchner se encontró con un recibimiento doblemente cálido: por la temperatura, 27 grados, y por el recibimiento con todo el protocolo que le dedicó la vicepresidenta de Costa Rica. Acompañada por una banda de música, una escolta de soldados y un grupo de escolares, la anfitriona hizo un discurso corto en el que reconoció el interés argentino en la “educación aplicada al progreso”. Luego siguió el tradicional desfile de funcionarios que se pareció un poco al que Kirchner le dedicó a Hu Jintao en la explanada de la Casa de Gobierno. Cuando intercambiaban saludos, llamó la atención el contraste entre la elegancia costarricense con la informalidad argentina.
- El vocero presidencial, Miguel Núñez, tuvo que agregar una labor más a sus tareas habituales. En Buenos Aires, la diputada Alicia Castro le pidió que trajera a Costa Rica una carta para el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. A pesar de que Lula, Lagos y Fidel habían anticipado su faltazo, Chávez era uno de los visitantes que estaba confirmado. El venezolano finalmente no viajó por un atentado que mató a un fiscal que investigaba a los partícipes del intento de golpe de Estado que pretendió derrocarlo en abril de 2002. Núñez no pudo cumplir con su improvisado rol de cartero.