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La semana pasada, Milcíades Peña recorría la esquina del santuario de Once cuando se encontró con otra de las versiones del zoológico. Es legislador del kirchnerismo en la ciudad de Buenos Aires y uno de los allegados a la familia de Lautaro Blanco, otra de las víctimas de la masacre. “Nos citaron en una casa del barrio, el martes a la mañana”, dice. Tan entusiasmado estaba con lo que le parecía un proyecto embrionario de organización entre los damnificados, que invitó a la madre de Lautaro. La cita era en un departamento de la calle Venezuela. Cuando llegó una vecina salió a su encuentro: “¡Nooooooo!”, le advirtió sobresaltada. “No entre ahí que es toda gente del macrismo.” Una puntera, la dueña de casa; dos abogados, asesores y tres familiares componían la reunión: en total, 12 personas, entre ellas la madre de Lautaro y el diputado kirchnerista. “Al final, estuvieron bien”, admite Peña, que aún no sabe si todo aquello no se convirtió en un mitin sólo porque estaba él.