EL PAíS
Los argentinos que fugaron
Por Claudio Zlotnik
Más allá de que el cuestionado informe preparado por el banco francés Lazard Fréres mostró la distribución de los bonistas en default en distintos países, hay un dato que no pasó inadvertido para los negociadores argentinos: más de la mitad de los papeles en cesación de pagos se encuentra en poder de argentinos. Además de la tenencia de los inversores institucionales (AFJP, bancos, compañías de seguros), cuya adhesión al canje será total, la mira está puesta en los argentinos que adquirieron títulos públicos en mercados extranjeros. Una realidad que expone la incesante fuga de capitales que hubo en el país.
Entre los institucionales y los ahorristas minoristas locales, la tenencia de bonos defolteados alcanza al 33,6 por ciento, 27.500 millones de dólares. En el Gobierno están seguros de que este monto entrará a la reestructuración. También hay confianza en los grandes fondos internacionales, en especial los estadounidenses, que podrían ingresar especulando con que los nuevos bonos tengan un rally alcista importante, como ocurrió en experiencias anteriores de reformulaciones de deuda. Estos fondos internacionales cuentan con 33.000 millones de títulos, de los cuales la tercera parte sería de Estados Unidos.
Ahora que funcionarios y consultores sacaron papel y lápiz para afinar las cuentas y predecir las posibilidades de éxito de la operación, la lupa quedó sobre los argentinos que fugaron ahorros. A ellos pertenecerían la totalidad de los papeles contabilizados en los bancos suizos. Nada menos que el 10,3 por ciento del total (8400 millones de dólares). Como en ese país existe secreto bancario, las entidades suizas sólo pueden informar la cantidad de títulos que poseen en custodia, pero no los nombres de los titulares. Tampoco hay datos precisos de los bancos en Nueva York o Miami, pero en Economía sospechan que buena parte de los papeles depositados en ellos pertenece a argentinos. Ahora el Gobierno depende de una buena gestión de esas entidades financieras para acercar bonistas al canje.
Diferente es la situación en Italia, Alemania o Japón, que reúnen un 24 por ciento de la deuda en cesación. En esos países, los bancos locales tentaron a sus clientes con bonos que les darían rentas extraordinarias.
Los funcionarios confían en que habrá una aceptación masiva de los acreedores argentinos con títulos afuera. Más que una corazonada, la presunción se basa en que como esos acreedores viven en el país saben que la economía atraviesa por un buen momento y les conviene aceptar la quita.
La salida del default volvió una vez más sobre un grave problema argentino, la fuga de capitales, contracara de la impresionante deuda que se busca aliviar. De acuerdo con distintas fuentes del sistema financiero, se estima que el dinero en efectivo, activos financieros e inmuebles de argentinos en el exterior ascienden a un monto que va de 140 mil a 170 mil millones de dólares.