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Los paisajes cambian pero el sistema de dominación se repite. En la India, en el Caribe, en Latinoamérica, en suma, en los países que alguna vez fueron calificados como el Tercer Mundo, la deuda externa es una pesadilla conocida. Cambian los nombres de los políticos locales que se subordinaron a las estrategias de los países centrales, pero los resultados son los mismos. Jubileo Sur, un nucleamiento de agrupaciones del que participa el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, reclamó con fuerza ayer iniciar acciones para poner fin a una deuda externa que calificó de criminal, injusta, ilegal e ilegítima.
“Somos nosotros los acreedores”, puntualizó Pérez Esquivel en una mesa de la conferencia de prensa a la que también se sentaron dirigentes de varios países de Jubileo Sur. Allí estaban Camile Chalmers de Haití, Vinod Raina de India, Lidy Napcil de Filipinas y Kusfiardi de Indonesia. Desde sus propias particularidades todos aportaron una visión similar de la deuda como mecanismo de dominación.
Luego de señalar que “estamos frente a un genocidio mundial de los pueblos impulsado por el FMI, el Banco Mundial y el G-7”, el Nobel sostuvo que había que decir basta. Recordó que el escritor uruguayo Eduardo Galeano en una conferencia en Italia había comentado que una noche al sentarse a comer en un restaurante había podido escuchar los diálogos del cocinero del local. En la cocina se desarrollaba una asamblea. “¿Con qué salsa quieren ser cocinados?”, dijo que el cocinero les preguntaba a las gallinas, los conejos, los cerdos, los peces y los pavos. Luego de un largo silencio dijo que se escuchó a una gallina decir: “yo no quiero ser cocinada”. A lo que el cocinero respondió que eso no estaba en discusión, que la única elección posible era la salsa con la que querían ser cocinados. “Yo no quiero ser cocinado de ninguna manera”, concluyó Pérez Esquivel antes de recordar que de acuerdo con informes de la FAO 35 mil niños mueren de hambre por día en todo el mundo.
Chalmers, profesor de economía social de la Universidad del Estado de Haití, puso el acento en la cantidad de tsunamis que todos los días se viven a causa del hambre y la dominación económica. También alertó sobre el silencio de la prensa internacional respecto de la realidad que se vive en Haití. Informó que a pesar de la tragedia natural que produjo cerca de 3 mil muertos y 350 heridos, en un país que tiene una tasa del desempleo del 70 por ciento, con un 45 por ciento de su población desnutrida, en enero de este año Haití pagó 56,2 millones de dólares en concepto de intereses de deuda externa. Todo esto sumado a la perlita que representa la ocupación de Haití por tropas extranjeras. Los 25 millones de dólares mensuales que cuesta la misión de Naciones Unidas en Haití pasarán a engrosar la futura deuda del castigado país caribeño. Por ello no duda en sostener que la presencia militar empeora las cosas y representa una amenaza para los países del Caribe.
La rueda de prensa fue una de las primeras actividades de una jornada en la que la caminata que culminaría en el anfiteatro natural Puesta del Sol apareció como el inicio formal del V Foro Social Mundial.