EL PAíS › OPINIONES EN EL CAMPO ECONOMICO
Sobra entusiasmo
“Es un momento extraordinario. El verdadero valor es la dignidad que recuperó el país ante el exterior: salimos de la convocatoria”, se entusiasmó ante Página/12 Héctor Méndez, vicepresidente de la Unión Industrial Argentina e inminente titular de la entidad fabril. Fue poco después de que el Gobierno anunciara formalmente el nivel de adhesión total al canje, que desde el empresariado se postuló como una exigencia para destrabar proyectos en el freezer y solucionar el problema de la deuda privada aún no reestructurada.
El aval institucional de las empresas fue masivo y empezó un día antes de que el Gobierno clausurara formalmente el proceso. La propia Unión Industrial Argentina publicó en los medios de ayer una solicitada avalando la salida del default. Algo similar ocurrió con la Asociación Empresaria de la Argentina, que celebró un día antes los resultados del canje como un éxito crucial y necesario.
“La salida del default coloca a nuestro país en condiciones de insertarse en el mundo. La generación de confianza y estabilidad de las reglas de juego permitirá incrementar inversiones”, sentencia la Cámara Argentina de Comercio en un comunicado que firma su vicepresidente, Eduardo Eurnekian. Cilfa, la cámara que nuclea a los laboratorios nacionales, también expresó ayer “el reconocimiento a los esfuerzos realizados por el Gobierno”, advirtiendo que este avance “permitirá a la industria nacional crecer y consolidarse en un contexto de nuevas reglas, deseables para promover inversiones”.
Carlos Heller, titular de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina, señaló uno de los aspectos por los cuales el canje merece ser tildado de exitoso. “Se logra reducir fuertemente el nivel de endeudamiento de la Argentina y modifica significativamente el tema de los flujos: no es lo mismo tener vencimientos a ocho años que a más de veinte”, remató el hombre del Credicoop.
Pero el mismo banquero apuntó hacia los bemoles del nuevo cuadro financiero: los 13 mil millones de dólares que habrá que cancelar en el 2005, entre la deuda reestructurada y la que no entró en la cesación de pagos. “Considerando los ingresos previstos, faltan unos 5000 mil millones de dólares que tendrán que ser refinanciados”, remarca Heller, para quien ese esfuerzo “compromete mucho las posibilidades de prestarles atención a otros grandes problemas como la indigencia y la pobreza”.
El constructor Munir Madcur, directivo de la Cámara Argentina de la Construcción, reflexionó que “no es sólo un punto de inflexión en lo económico. Vi otro Presidente y me alegró: menos exitista y comprometido con el futuro”.