EL PAíS › KIRCHNER PIDIO PERDON A LAS VICTIMAS DE
LOS BOMBARDEOS DEL ’55
Una masacre que fue anticipo del futuro
Por Santiago Rodríguez
En una semana marcada por la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final, Néstor Kirchner encabezó ayer en la misma Casa Rosada un homenaje a los más de trescientos muertos durante el bombardeo en la Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955. “Les quiero pedir perdón a las víctimas en nombre del Estado”, dijo el mandatario y llamó a la “reconciliación con justicia y verdad”. El acto –que comenzó con la exhibición de un video con las imágenes del horror de aquel día y en el que habló también la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto– tuvo su momento más emotivo cuando quedó frente al micrófono Liliana Bacalja, hija de un caído bajo el fuego de los aviones de la Marina que pretendían poner fin al gobierno de Juan Domingo Perón.
Kirchner fue el último en hablar y cuando le tocó hacerlo confesó estar “emocionado”. Lo habían precedido Bacalja y Carlotto, cuyas historias personales fueron definidas por el santacruceño como la “síntesis” de lo que ocurrió en el país en los últimos cincuenta años.
Bacalja es hija de José Mariano Bacalja, a quien se considera la primera víctima del bombardeo. El 30 de mayo pasado le envió una carta a Kirchner en la cual le contó de su padre y le remarcó que “desde el ’55 a la fecha ningún gobernante sentado en el sillón de Rivadavia rescató lo trágico de esa plaza y lo integró a la historia”. La mujer destacó en ese texto “cómo España rescató lo sucedido en Guernica y el mundo entero lo condenó como crimen de lesa humanidad”, mientras que el bombardeo “nosotros lo hemos escondido debajo de la alfombra”.
El Gobierno la invitó especialmente y fue esa misma carta la que Bacalja leyó. Kirchner contó que sintió “dolor y vergüenza” frente al hecho de que ninguno de sus antecesores se hubiera ocupado del tema, porque “cualquier presidente constitucional tenía la obligación política y moral de colocar en la memoria lo que ocurrió”. Acaso anticipándose a las críticas de la derecha, explicó además que en su caso no tiene “resentimiento, bronca o rencor, pero sí convicciones” y enfatizó que en el bombardeo “no murieron sólo ciudadanos de un partido determinado; murieron argentinos”.
Horas antes, el jefe del Ejército, Roberto Bendini, descubrió también en Casa de Gobierno una placa en homenaje a los nueve granaderos muertos en el bombardeo. Kirchner lo consideró “un acto de absoluta justicia” que ayuda a esa fuerza, el Ejército, a “reencontrarse con la historia y su pueblo”.
También Carlotto aportó una cuota de emoción a un acto dominado por caras del peronismo, durante el cual Kirchner fue vivado en más de una oportunidad y en el que muchos, incluso, se animaron a entonar al final algún tramo de la marcha peronista. Además de Cristina Fernández sentada al lado del gobernador bonaerense Felipe Solá, en la primera fila estuvieron el canciller y candidato a diputado porteño Rafael Bielsa y varios miembros del gabinete, mientras al fondo del Salón Blanco de la Casa de Gobierno se mezclaban familiares de las víctimas del bombardeo con funcionarios y dirigentes sindicales, con Hugo Moyano a la cabeza.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo recordó que su hija Laura, víctima de la dictadura y madre el nieto que aún busca, nació precisamente en 1955 y se confesó “responsable de no haber hecho nada” frente a la masacre del 16 de junio de aquel año. “Yo no hice nada para que no hubiera un ’76”, redondeó Carlotto, quien destacó que el homenaje era un acto de “justicia y memoria” y recalcó que también lo es que “hayan caído dos leyes nefastas”, en referencia a la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final.
Kirchner también rescató la decisión al respecto de la Corte Suprema de Justicia y manifestó que ambas normas “deshonraban la institucionalidad y la democracia en Argentina”. Sostuvo también que ahora es necesario que “funcionen rápidamente todas las instituciones de la Justicia para que podamos determinar con claridad quiénes fueron los responsables de esa dictadura”. Y después de precisar que pretende un país con “justicia, equidad e inclusión”, puso de relieve que “por esto luchó esa gente que estaba en la plaza”.