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“Repensar el celibato”
“Los escándalos que se han dado en la Iglesia en los últimos tiempos llaman la atención acerca de la necesidad de repensar el celibato, que no es un elemento doctrinario del cristianismo. Fue una forma de disciplinamiento que surgió en el siglo XI o XII ante una degradación de las jerarquías en la Edad Media. Hay cantidad de sacerdotes que hubieran mantenido la vocación, pero quisieron constituir una familia y tuvieron que dejar los hábitos. Maccarone había tenido una posición excelente en su crítica a la corrupción de los Juárez –que no es menor– y frente a la demanda social en la Argentina, que ha tenido un crecimiento descomunal. El poder tiene una diabólica inteligencia para tratar de detectar los puntos débiles de los opositores. Dada la rigidez de la Iglesia, lograron actuar sobre ese punto que no es malo: no es mala la homosexualidad, es una opción de vida, pero obliga a un doble discurso. La presión interna de doble moral y rigidez sobre las funciones sexuales se impone para cercenar una parte de los seres humanos. La Iglesia arrastra desde hace años sacerdotes que tienen hijos ilegítimos o que tienen que abandonar los hábitos. Es la única religión que impone estas restricciones tan antinaturales”.
* Socióloga.



“Asumir los problemas”
“Hay una cantidad de hechos, de problemas, de controversias, que de manera bastante habitual vienen ocurriendo en la Iglesia, aunque no digo que sean solamente expresión de la Iglesia. Desde afuera, yo creo que la Iglesia tiene que hacer un profundo debate interno para clarificar su propia posición frente a estas cuestiones. Es posible que ese debate interno los lleve a tomar cambios. Viendo los tiempos de la Iglesia, estos son caminos largos: la Iglesia expresa en siglos los cambios que se manejan en días, meses o años. Yo insistiría en ese debate interno para modernizarse con respecto a la famosa cuestión del celibato. Están apareciendo más críticas implícitas (y, a veces, explícitas) contra esta institución. Me parece además que hay una contraposición evidente entre los diferentes planos y discursos del adentro y el afuera de la Iglesia. Se ocultan las contradicciones, por un lado, pero no se puede evitar que aparezcan con mayor o menor fuerza por el otro. Me parece que la Iglesia debe asumir estas realidades y polémicas si pretende seguir sosteniendo la idea de ser una guía espiritual para un conjunto importante de la comunidad.”
* Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, UBA.



“No son ángeles”
“Creo que al tener que sostener una norma como el celibato, la Iglesia no tiene más remedio que aspirar a la hipocresía, salvo que se demuestre que los sacerdotes son ángeles y no tienen deseo. La Iglesia no tiene más remedio que encubrir lo que todo el mundo sabe que está pasando dentro. Hace mucho tiempo que la Iglesia está en manos de un papado extremadamente conservador, que no parece dispuesto a enfrentar este problema. Esto conduce a la progresiva irrelevancia de la Iglesia en los tiempos modernos, ya que se ubica fuera de su tiempo y de su sociedad. La renuncia de Maccarone es una manifestación de un problema que ha llegado a límites catastróficos. Ratifica la crisis de una normativa que se remonta al inicio del medioevo. El celibato no está establecido en las fuentes de la tradición cristiana. Es una institución producida por la jerarquía en un momento que no tiene que ver con las condiciones actuales. Deberían abolirlo, porque es absurdo. Esto provoca en una época materialista y –como algunos sociólogos dicen– tan sensualista como la actual la expansión de toda unaserie de conductas que la Iglesia no puede neutralizar y que comprometen su credibilidad frente a su feligresía. Este episodio es uno más que demuestra la necesidad de acabar con ella”.
* Politólogo.