[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

A los ciudadanos les dijo que los problemas sociales “no se solucionarán con más gendarmes ni con más balas”. Y a la cúpula de la policía bonaerense, le indicó que él llega “como representante de un poder político que tiene mucha ropa sucia que lavar”. Luis Genoud estuvo de los dos lados: fue policía en su primera juventud y se volcó después a la política. Le tocó comandar a la bonaerense en el ‘99, cuando tras la masacre de Ramallo Eduardo Duhalde lo designó secretario de Seguridad, y ahora que volverá a esa función admite que los tiempos son “mucho más difíciles”. Genoud es abogado y presidió en los últimos cinco años el bloque de senadores provinciales del PJ. Se define como un buen negociador y dice que nunca compartió la política de mano dura.
–Usted ya estuvo a cargo de la Seguridad en la provincia. ¿Cómo ve ahora la situación?
–Si graficamos el tema con dos columnas (la demanda de seguridad y los recursos que existen), las dos se modificaron en el sentido no deseado: hoy hay más inseguridad y menos recursos. Encuentro una policía que ya superó la etapa de las purgas, que tiene un promedio de edad más joven y en la que hay algunos jefes de Departamentales que son el prototipo de la policía que buscamos.
–¿Cuál es ese prototipo?
–Partiendo desde lo más sencillo, aquel que habla como un ciudadano más, el que ya no tiene palabras como “negativo”, “afirmativo” o “NN masculino” en su lenguaje... El policía que sabe que también es miembro de esta sociedad y que tiene en claro que está en él recuperar un prestigio que la fuerza perdió, el que ha asumido que ese es el único camino. Hoy me reuní con la cúpula de la policía y les dije que llego como representante de un poder político que tiene mucha ropa sucia que lavar; a partir de ahí pienso que vamos a poder establecer una relación de mutuo respeto.
–Si bien es cierto que en la Policía bonaerense ya hay otra generación, no lo es menos que siguen habiendo casos de brutalidad y violencia.
–En los últimos tiempos ya no se habla de corrupción policial; nos quedaron fundamentalmente los temas de comisaría, de malos tratos en sede policial.
–¿Qué va a hacer con respecto a los chicos presos en comisarías?
–Son 53 y los quiero sacar. No tiene que haber chicos en las comisarías.
–Durante la semana de los saqueos, la policía entró a los barrios donde hay organizaciones piqueteras sin ningún motivo y lastimó a mucha gente.
–No tengo denuncias sobre eso, ni sé si existen. Sé que durante los saqueos hubo 91 policías lesionados, pero no tengo noticias de que exista una denuncia sobre lo que me está diciendo. Por supuesto, si se presenta una denuncia mi obligación como funcionario será investigar qué pasó, pero sería una ligereza de mi parte hablar ahora sobre algo que todavía no conozco.
–Usted sabe que va a tener un panorama de nuevas protesta sociales...
–Con la protesta social seríamos unos negados si pensáramos que el tema se puede resolver desde el ministerio de Seguridad, sería irracional plantearlo así. La protesta social sólo se va a calmar o desaparecer cuando se den respuestas desde las áreas específicas. En la urgencia actuarán las áreas sociales y como cuestión de fondo tiene que resolver Economía.
–Pero ¿cuál va a ser su criterio en el área de Seguridad?
–El gobernador dijo hoy en su discurso que la protesta social es legítima, aunque a veces moleste. El criterio será respetarla. La forma en que la gente ejercita su derecho a peticionar la elige la propia gente. En la medida en que la protesta no violente en forma injustificada un bien jurídico protegido, trataremos de garantizar que haya derecho apeticionar. Creo que vamos a tener que enfrentar momentos complicados, porque a la inseguridad que fue en aumento se le agregó después la protesta social. Mi trabajo será el de hacer cumplir las leyes de seguridad.
–Solá anunció un nuevo recorte en la administración pública. ¿Por dónde va a pasar usted la tijera?
–No puedo anticiparlo, acabo de asumir y si hay cambios serán anunciados más adelante. Lo único que puedo decir es que ante la escasez de recursos, el último lugar donde se tiene que ajustar es en la prevención.